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lunes, diciembre 08, 2008

El curubito intelectualoide (Editorial)

Podrán sonar resentidas las palabras y observaciones que seguirán un poco más adelante. A lo mejor lo son, a lo mejor no. El lector decide. Pero al fin y al cabo, y para bien o para mal, este blog se ha autodenominado "Observatorio Independiente de Medios de Colombia" (OIMC). Pues bien. Retomando esa función -y a veces odiosa tarea- de "observación", en un recorrido por las páginas de los medios de opinión colombianos, este pecho aterrizó en el website de la famosa revista "El Malpensante" *.

Como todo medio de comunicación escrito que se respete, en la barra principal de la website encontrará usted un LINK llamado "Pauta", invitando a potenciales clientes a utilizar las páginas de esta revista para hacer publicidad. Hasta ahí todo normal. Uno puede no ser un fanático de la publicidad, pero "de algo tiene que vivir la gente". El meollo del asunto está en los argumentos "contundentes" utilizados por este medio, para animar y convencer a los potenciales compradores de pauta publicitaria de promover sus productos en dicha revista. Veamos:
FUENTE: Revista "El Malpensante":
Base de suscriptores sólida, robusta y estable.

* 30.000 ejemplares mensuales circulados
* Más de 70.000 lectores
* NSE 4-6
* Cobertura nacional

Valioso perfil de lectores

* Jóvenes
* Muy educados
* Alto poder adquisitivo
* Influyentes en su entorno
Las siglas "NSE" con toda seguridad se refieren al "estrato (nivel) socioeconómico", pero habría que preguntarles a los encargados de la editorial. Más adelante dan más pistas sobre las "bondades" de esta revista, haciendo una descripción estadística "más detallada" sobre sus lectores y suscriptores:
Impacto multinicho que genera mayor alcance en la comunicación.

* 21.500 suscriptores nacionales y 400 internacionales en 14 países
o 8% son presidentes de compañía y primer nivel de las organizaciones
o 67% son jóvenes entre 24 y 36 años
o 14% son estudiantes universitarios y profesores
o 3% son estudiantes de colegio
o 6% son miembros de la élite artística y cultural del país
* Alcance a decisores de compra a nivel empresarial (altos ejecutivos) y personal.
* Marca sólida y de gran prestigio dentro de sus lectores.
* Lectores que se identifican con los contenidos y comparten sus valores.
* Lectores que coleccionan las revistas.
No tendría nada de particular esta descripción, si se tratare de una revista empresarial, o si el lector lo prefiere, sobre el "Jet-Set criollo". Es medio obvio que si ese fuere el caso, los eventuales suscriptores y lectores querrían saber cómo hacen sus negocios las grandes multinacionales, empresarios de éxito y millonarios habidos y por haber. O en su defecto, "cómo y con quién se gastan la platica". Y por supuesto: "influencia es poder".

Pero eso del "impacto multinicho" suena a algo así como que "si quieres estar en la movida, hacer parte de la clase dominante, en vez de la clase dominada, estás en el lugar correcto". Una interpretación más benigna del asunto sería que "el conocimiento es poder", lo cual es cierto además, pero en ese caso la revista estaría admitiendo tácitamente que el poder del conocimiento es un bien reservado para unos pocos privilegiados, como los lectores de la revista. Es decir, intencionalmente excluyente.

La peor interpretación de esta estrategia publicitaria sería quizás la de que "para poder entender los artículos, y el contenido en general de la revista, hay que poseer unas cualidades intelectuales inalcanzables para la mayoría de los colombianos", como quien dice, "si usted es de la prole, esta revista no es para usted". O quizás una segunda variante, aunque muy parecida a la anterior, sería algo así como: "si usted quiere convencer a la gente de que usted es un intelectual, hágase el que lee nuestra revista, o mejor aún, paute en ella".

Y para terminar este "Memorial de agravios", y desintoxicarse de este repentino ataque de "resentimiento social" por parte del OIMC, viene como anillo al dedo esta cita textual de una canción rockera bogotana: "Serías un buen postmoderno si supieras leer. Pero entre tanto muchacho..., no hay nada que hacer... Es esta soledad criminal". Esta frase proviene de la música y letra de "Soledad criminal", del nunca suficientemente ponderado grupo de las 1280 Almas.  La lírica de esta canción es bastante malpensada, pero para nada malpensante. THL

sábado, septiembre 20, 2008

Chibcha Big Bang

No es por mofarme de mi patria, ni tampoco de la “muy eficiente burocracia estatal”, ni mucho menos de la participación del sector privado como “motor de desarrollo nacional”. Pero por una cuestión de indiosincrasia, cuando uno escucha la noticia de que el famoso y ultramoderno acelerador de partículas del CERN (Centro Europeo de Investigaciones Nucleares), “se dañó” por una conexión eléctrica defectuosa entre dos imanes, y que a su vez esto causó un fallo mecánico, es difícil no preguntarse:

¿Será que el contratista encargado de la ingeniería eléctrica, es alguna insigne empresa colombiana de capital público, mixto o privado, de esas mismas que se encargan de los servicios públicos por estos lados? En ese orden de ideas apareció entonces por ahí alguna anécdota de ficción muy remota, una de muchas por el estilo de Macondo. Trata sobre contratistas colombianos, y a partir de la cual se reelabora una especulación de lo que pudo haber pasado con esta obra en este caso. Para entender este cuento*, nada como empezar por el principio.

Había una vez, hace unos cinco años, un comité de ingenieros y físicos ilustres del CERN. Este comité abrió algunas licitaciones públicas para terminar el cableado eléctrico que conecta los imanes del acelerador de partículas a la planta de energía eléctrica. Era una obra menor, desde el punto de vista del diseño de tecnología o de precisas medidas científicas. Se trataba de instalar un número determinado de cables que cumplieran con unos estándares mínimos para el correcto y preciso transporte de la energía eléctrica.

Finalmente el CERN recibe tres ofertas, una de un contratista gringo en asocio con la prestigiosa ENRON, una de un contratista alemán con la archifamosa SIEMENS, y una de un improvisado “comité científico-técnico” de alguna empresa colombiana comercializadora de energía eléctrica, de esas que suben las tarifas “porque sí”, mejor dicho, cualquiera que escoja el lector. La propuesta del consorcio alemán entonces ascendía a unos 30 millones de euros, la de los contratistas gringos a unos 50 millones de euros, y la colombiana, digamos que a unos 90 millones de euros.

Por supuesto que algunos científicos aburridos de dedicarle su vida entera a unas migajas subatómicas llamadas bosones, muones y quarks, hallaron más interesante y refrescante enriquecer sus conocimientos averiguando “por su lado” por qué carajos las tres ofertas eran tan disímiles entre sí. El consorcio alemán era el primero en presentar su propuesta, y explicaba entonces que el alambre de cobre de su marca constaba de dos capas aislantes resistentes al calor y al fuego, y otra adicional que aislaba el cable por completo de campos electromagnéticos.

Todo el cable costaría unos veinte millones, y diez millones más por transporte, equipos empleados y mano de obra. El consorcio gringo por su parte justificaba su mayor presupuesto alegando que ellos incluían en su oferta una cubierta de PVC, con lo que protegen el cableado de otros elementos externos que pudieran dañarlo. El consorcio colombiano, al que prácticamente ya habían descartado, justificó “a cabalidad” su precio final de la obra, mucho mayor, explicando cómo se ganan las licitaciones públicas en Colombia.

Primero, treinta millones de euros serían para el consorcio alemán, al que subcontratarían después de “ganarse” la licitación. Veinte millones serían para los distinguidos integrantes del comité que les dieran “una empujadita” en la licitación, diez millones para que los gringos "comieran callados", y los treinta restantes, para el consorcio criollo, claro está. Aquellos científicos que ya estaban hastiados de tanto muón y bosón, quedaron encantados con esta filosofía de negocios -y con la propuesta-. Incluso un tiempo después se nacionalizaron en Colombia un par de ellos, y hasta daban entrevistas para prestigiosos noticieros colombianos sobre "la otra cara de Colombia", o sea, "el lado bueno", y con esa publicidad se consiguieron un “mujerón de silicón” cada uno, o sea, unas calentanas de rechupete.

Obviamente, los nuevos y prósperos ex científicos, ahora convertidos en honorables empresarios "generadores de empleo", no tardaron en ser objeto de envidias y amenazas. Tristemente, un par de años después les tocó devolverse como “refugiados políticos” -con sus mujeres, hijos, hijastros, suegras y todo familiar hasta de tercer grado- de vuelta en la vieja Europa, y nunca más se supo de ellos. Hasta que en días recientes se especuló que un cartel colombiano, no uno de drogas, sino un nuevo cartel del cobre, estuvo de "visita" en las instalaciones del CERN. Después de esto, "faltaban unos cablecitos", y los que quedaban, pues se sobrecargaron e hicieron un ¡Big Bang! THL

* Derechos reservados y registrados por el autor

viernes, junio 06, 2008

¿Régimen dietético?

Muchas obras literarias están llenas de metáforas. Metáforas disfrazadas –quizás- con oraciones y expresiones de doble sentido. Un amigo muy cercano de Editor General, y medio fanático junto a él, del grupo de rock-pop argentino Soda Stereo desde los ochentas, siempre insistía en este “doble sentido” de algunas expresiones a la hora de evaluar las letras de este grupo. Y justo por estos días Editor General recordaba aquello cuando apareció por ahí un video ochentero de este grupo, de cuando aún estaban “pelaos”. Se trata de la canción “Dietético”, de 1984.

Veamos parte de la letra: “Dietético, dietético. Somos un conjunto dietético. Giramos una onda dietética. Canciones de amor con sacarina. Con menos de una caloría. (..) Mejoramos un mensaje genético. Sacude tu cuerpo libre, ¡he! Consume que no hay peligro. (..) Buscando el paraíso estético. Nuevas mentes descremadas. Siluetas de gimnasia. Soñando con una cama sintética. Te quiero pero estás tan gorda. Presiento que no sos moderna. (..) ¡El régimen se acabó, se acabó!”

En una primera instancia, estas letras son una clara parodia de la cultura “moderna”, llamada también la cultura “light” precisamente, por el supuesto afán de sus protagonistas por parecer muy por encima del ser. Una ponderación de lo estético por encima de los contenidos reales, si se quiere. Por eso este término resulta ser una calificativo muy despectivo a la hora de criticar los supuestos argumentos que sustentan una idea cualquiera. Pero es también un término peyorativo muy relativo, pues su opuesto, como podría ser “heavy” (pesado) o “demasiado denso”, también es una forma frecuente de criticar una idea o los contenidos de alguna obra artística, científica, filosófica, etc, y por qué no, política, por su carácter contrario.

El cuento es que tras una complicada sucesión de regímenes militaristas, y tras una andanada de abusos de los derechos humanos y la famosa Guerra de las Malvinas, las juntas militares como forma de gobierno directo o indirecto se tornaron insostenibles, y por eso asume la presidencia de Argentina el abogado y político Raúl Ricardo Alfonsín, en diciembre 10 de 1983, y rompiendo así con una hegemonía militar en los gobiernos desde principios del siglo XX. Y es en 1984 precisamente, que sale la canción en cuestión, y cuya última frase dice alegremente: “¡El régimen se acabó!”. En teoría, las “nuevas mentes descremadas”, y la tal “onda dietética”, harían alusión no sólo al supuesto fin de una dieta per se, sino de una dictadura.

Ahora, en nuestro tiempo, y más allá de que esta canción tuviese o no un doble sentido -y de cual sea la posición política real de este legendario y amado grupo de rock argentino-, hay quienes piensan que el actual gobierno de los Kirchner, primero Néstor, y ahora su secuela en el gobierno de su esposa Cristina, son eso precisamente: otro régimen "light". De hecho Néstor Kirchner hizo un llamado de “auxilio” al peronismo, a propósito de la reciente huelga de agricultores. Es decir, acude a las "bases partidistas" de los seguidores de la filosofía política de Juan Domingo Perón y sus dos últimas esposas –tuvo tres-, la famosa activista política y cantante Evita, y luego Isabelita. Isabelita no era sólo la esposa de Perón, sino la vicepresidenta. Al morir Perón, ella asume la presidencia.

Es difícil decir si la era del peronismo fue tan benigna o no lo fue para la nación austral, y eso mejor que lo decidan los argentinos. Por ahora es claro que la actual pareja presidencial, de supuesto corte socialista, ha hecho hasta lo imposible por parecerse a este mito de los Perón, aunque no sabemos si Cristina se siente más como una “Evita” o una “Isabelita”, pero el hecho de que sea ella ahora la cabeza visible del “nuevo régimen” hace prever lo segundo. Al mismo tiempo los Kirchner hacen lo imposible por no “parecerse” a esos regímenes de hasta finales de 1983, y de quienes se declaran opositores y víctimas. Pero una cosa es que se esfuercen por “parecer”, y otra muy distinta es que se esfuercen por “ser”, lo que dicen ser, y otra cosa es que efectivamente lo sean. ¿Otro régimen dietético?


ACTUALIZACIÓN (13/6/2008): Parece que lo de la "dieta forzada" causada por el "desgobierno" de los Kirchner va muy en serio, literalmente hablando.

ASSOCIATED PRESS (Buenos Aires) (13/6/2008): 'La huelga de transportistas de carga que reclaman el fin del prolongado conflicto entre el gobierno y los agricultores comenzó a mostrar sus efectos: faltan carnes, aceites, harinas y verduras en los supermercados y escasea el combustible'.

INFORME URUGUAY (13/6/2008): 'Con injusticia no se combate el hambre - La pregunta que nos hacemos, pensando en el bien común, y que parece que el gobierno no evalúa, es por qué Uruguay, Brasil, Chile, por mencionar aquellos países más cercanos, no solo no cobran retenciones a sus productores, sino que por el contrario, rebajan muchos impuestos para atraer inversores ¿son acaso sociedades injustas? ¿Por qué en esos países las inversiones crecen a diario y en Argentina, por el contrario, vemos fugar los capitales propios?'

jueves, noviembre 30, 2006

El caso Litvinenko: ¿Conspiración o asesinato de estado?


El asesinato de Alexander Litvinenko, un antiguo espía de la KGB rusa, y ciudadano británico por adopción, se perfila como una de las conspiraciones internacionales más difíciles de resolver en la historia contemporánea reciente.

Aguardando agonizante, una sentencia de muerte irreversible, pero sin perder su lucidez mental hasta el último suspiro vital, Litvinenko dictó una declaración pública, dos días antes de su muerte, tomada y leída por su amigo Alex Goldfarb, en las afueras del Hospital Universitario de Londres, el viernes 24 de noviembre.

En dicha declaración Litvinenko señala al primer mandatario ruso, el presidente Vladimir Putin, como el directo responsable de su muerte por envenenamiento. Litvinenko ingirió una sustancia radiactiva conocida como polonio-210, y cuyo origen indefectiblemente está ligado a personas con acceso a las altas esferas políticas y económicas de Europa Oriental, toda vez que esta sustancia sólo se consigue en la muy custodiada industria militar nuclear, si bien existe la hipótesis de que también podría accederse a ella a través del mercado negro.

Básicamente hay dos teorías. En la una, el gobierno de Vladimir Putin es el responsable, y se trata por ende de un asesinato de estado. En la otra, habría una conspiración en contra del gobierno ruso. Ambas teorías tienen un asidero de verdad, y un sinnúmero de cabos sueltos, que no permiten tomar una decisión inequívoca.

La teoría del asesinato de estado
El analista británico de seguridad, Glenmore Trenear-Harvey, quien se reunió varias veces con Litvinenko en el pasado, señalaba en un reportaje de la BBC lo siguiente: “Debemos poner esto en un contexto histórico.(..).En el último trabajo de Litvinenko en la FSB (un apéndice de la KGB), éste encabezaba la Unidad de Anticorrupción y descubrió muchos fraudes, por lo que hizo muchos enemigos al interior de la KGB”.


En este mismo reportaje se especula sobre una posible conexión entre este asesinato, y el de la periodista rusa Anna Politkovskaya, también muy reciente, y que precisamente estaba en la búsqueda de los asesinos del sistema bancario ruso, que se especula, podrían ser ex agentes de la KGB. Igualmente la Politkovskaya era una enemiga política de Vladimir Putin.

Aunque el análisis es coherente con el contexto histórico, como señala Trenear-Harvey, además de las mismas denuncias de Litvinenko, las especulaciones más pertinentes deberían basarse en el contexto científico y material que rodea a los sofisticados métodos empleados en este asesinato, como veremos a continuación. Las contradicciones más fundamentales parten del mismísimo Scotland Yard, que hasta la fecha, ha declarado que las circunstancias de la muerte de Litvinenko “son sospechosas”, sin admitir abiertamente que se trata de un probable asesinato. Probablemente haya motivos “diplomáticos” para esto.

De hecho el Secretario del Primer Ministro Británico, John Reid, fue quien informó primero a la Cámara de los Comunes (Parlamento británico) sobre el hallazgo de trazas radiactivas de polonio-210 en la casa de Litvinenko, así como en un hotel y un restaurante de lujo londinenses, y que la víctima había visitado el primero de noviembre.

Sin embargo el mismo Reid declina cualquier especulación sobre una intervención de agentes extranjeros en el caso, y hace la advertencia de que la policía británica consideraba “sospechosas” las circunstancias de la muerte de Litvinenko, pero que eso no quería decir que hubiera un “tercer partido” involucrado. Podría tratarse de un acto de "diplomacia", como se decía, por ser acusaciones que implican nada más ni nada menos que al premier de Rusia, pero también es obvio que los servicios secretos de aquí y allá manejan información secreta que no revelarán al público, más allá de que esta información incrimine o no a determinado personaje.

El arma homicida: polonio-210
En la tabla periódica de los elementos químicos, el polonio corresponde al número atómico 84. Existen varios isótopos del mismo. Para los que hayan olvidado las clases de química del bachillerato, un isótopo es una átomo con el mismo número atómico (en este caso 84) que está dado por la parte de su masa en protones (cargas positivas en el núcleo) y electrones (negativos, girando alrededor del núcleo) que es igual al de protones. Los neutrones tienen la misma masa que los protones, y también están en el núcleo, pero son neutros eléctricamente, como su nombre lo indica. El polonio-210 por ende es un isótopo con más masa que el original, lo que lo hace muy inestable, y por ende su núcleo tiende a romperse, generando protones que se salen del núcleo, y produciendo radiación alfa.


Es tan inestable y tan difícil de producir y manejar, que se requiere una tonelada de uranio para producir 100 microgramos de polonio-210 (una décima parte de un gramo). De ahí que quienes afirman que para acceder a esta sustancia se requieren “contactos de muy alto nivel”, tienen toda la razón. Ahora que para matar a una persona de tamaño y peso promedio, digamos de unos 70 kg, se requieren tan sólo 0.12 microgramos (una millonésima de un gramo). El tamaño de esta dosis letal corresponde a una “insignificante” partícula de polvo.

Por eso sólo un usuario autorizado, como por ejemplo un funcionario de una planta de energía termonuclear, un científico que trabaje con un acelerador de partículas, o un militar con acceso a combustible nuclear, o armas nucleares, puede tener acceso a este veneno letal. Como el polonio es tan escaso en la naturaleza (aunque se encuentra naturalmente incluso en el cuerpo humano y en el tabaco), se fabrica en dichos reactores nucleares, bombardeando otro elemento químico, como el bismuto por ejemplo, con neutrones.

Por otro lado el polonio debe ser ingerido, para que entre a la circulación y sea absorbido a nivel celular. La manera más eficiente sería una taza de té, por ejemplo. Como las partículas alfa (protones) tienen mucha masa, una simple hoja de papel puede detenerlas y absorberlas. Y si entra en contacto con la piel, por ejemplo, lavarse las manos será muy efectivo para alejar el veneno. De ahí que incuestionablemente alguien cercano a Litvinenko tuvo que añadir el veneno a una bebida suya, o algún alimento.

Según el relato de Philip Walker, profesor de física de la Universidad de Surrey: “Esta sustancia fue cuidadosamente elegida por su habilidad de ser difícil de detectar en una persona que la ha ingerido”.

Tras la pista del polonio-210
De acuerdo a la página Web de SANDERSRESEARCH, en un artículo del 27 de noviembre, hasta la fecha tres personas más han sido remitidas a tratamiento clínico especializado por presentar sintomatología compatible con una intoxicación por polonio-210. Las tres personas en cuestión también estuvieron en el famoso restaurante de lujo de donde Litvinenko comió el 1 de noviembre. Todo apuntaría a que fue allí donde el asesino contaminó los alimentos o bebidas con este veneno.

También se ha detectado la sustancia a bordo de dos Boeing 767 de British Airways (BA) en Londres, y otro avión de la BA estacionado en Moscú. La BA está contactando a todos los pasajeros que viajaron durante alguno de los 120 vuelos sospechosos en la ruta Moscú-Londres. Sin embargo la aerolínea afirma que el riesgo de intoxicación de otros pasajeros es bajo. Asimismo la BA declaró que los tres aviones fueron sacados de circulación, mientras se practican pruebas forenses y se buscan más trazas de polonio.

Para rematar, hay una teoría sobre una conspiración más amplia aún, para envenenar a otro prominentes personajes, como lo señala el blog SECULAR BLASPHEMY. El ex primer ministro ruso Yegor Gaidar, de 50 años, por ejemplo, está muy enfermo desde el 24 de noviembre, por un raro síndrome de etiología clínica desconocida, y que podría corresponder a una intoxicación por polonio-210.

Gaidar igualmente ha ejercido una fuerte oposición política al gobierno de Putin, sobre todo por sus políticas económicas. Anatoly Chubais, el ex jefe de gabinete de Boris Yeltsin (el anterior presidente ruso), le relató a los reporteros que los doctores consideraban que la aguda y repentina enfermedad de Gaidar no era natural, y que se encontraba al borde de la muerte despues de haber sido valorado por profesionales médicos de varias especialidades, y que no han podido determinar la causa de su enfermedad.

Ahora si: ¿quién fue?
A pesar de que el polonio como toda sustancia radiactiva, es relativamente difícil de adquirir, desde la caída de la Unión Soviética existe un mercado negro de combustibles para armas nucleares y uranio. De acuerdo a un informe de la Universidad Internacional de Viena, basado en datos estatales de las diferentes agencias de seguridad europeas, ha existido tráfico ilegal de uranio y plutonio en Rumania, Rusia, Turquía y Alemania, entre otros. En 1994, agentes encubiertos de la policía alemana capturaron a contrabandistas de origen colombiano y español, y que traficaban con aproximadamente 0.4 kilogramos de plutonio en el aeropuerto de Múnich.

En este caso en particular se cree que el material provenía de Rusia, más concretamente del Instituto de Física y Energía Nuclear de dicho país. El Instituto es oficialmente operado por el Ministerio de Energía Atómica de Rusia. Y ese es tan solo uno de varios cientos de casos detectados. Sobre los no detectados, solo se puede especular.

Obviamente la pena de prisión del colombiano fue de 5 años, y la de los españoles de sólo tres. Pero teniendo en cuenta el peligro que representan estos materiales, no deja de ser curioso que la pena fuera bastante baja para ambas partes, considerando el castigo que se le pone a una mula del narcotráfico, por ejemplo. Seguramente llegaron a un acuerdo por cooperación con las autoridades locales. De todas maneras, una mafia poderosa, como la rusa por ejemplo, seguramente accedería fácilmente a estos elementos radiactivos. Sin embargo, como vimos, el polonio es aún más escaso que todos los elementos anteriores.

Algunas conclusiones (y especulaciones más)
Sin duda alguna los miembros del gabinete ruso actual, así como los de los gabinetes pasados, no son precisamente ángeles caídos del cielo. Sería difícil imaginar que las riendas del antiguo imperio comunista hubieran caído en manos de un político puritano. Pero con todas las dudas razonables que despierta el caso de este asesinato tan sofisticado, llama mucho la atención el método empleado.

¿Qué tan indetectable era este tipo de envenenamiento, cuando su víctima era un ex agente del KGB? Porque era obvio que los medios de comunicación, y las agencias de seguridad respectivas, harían una investigación pormenorizada de los hechos, y que por ende, tarde que temprano, descubrirían el arma homicida. Litvinenko conocía estos métodos de envenenamiento, por su experiencia previa en la FSB- KGB, y por ende tuvo tiempo suficiente para denunciar los métodos empleados y los móviles. Era lógico que quisiera incriminar a sus acérrimos enemigos políticos.

Eso lo hace a uno pensar que este costoso veneno fue utilizado para llamar la atención. También que fue ordenado desde Rusia, como un mensaje a todo “potencial traidor”. Lo que es difícil predecir es su origen último (estado o mafia). Si fue la mafia, hay que partir de la base de que esta no es necesariamente una organización homogénea y estructurada. Al igual que en Colombia, seguramente existen “varios carteles”, y varios grupos compitiendo entre sí por el dinero y el poder rusos.

Desde ese punto de vista, cualquier enemigo político de Putin, con agentes infiltrados en la KGB, o ex agentes de la misma, podría haber efectuado el (los) asesinato (s), para que el polonio-210, diera la inefable huella y sospecha de un complot orquestado desde su gobierno. No es que Putin sea un ángel, de hecho fue el director de la KGB durante el gobierno de Boris Yeltsin. Pero Putin también es un gran estratega político, y sería extraño que diseñara un plan tan mal hecho para autoincriminarse. Si la teoría del "contexto histórico" es válida en una vía, también debería serlo en "contravía".

Las únicas especulaciones con alta probabilidad de certeza son:
1) Como Litvinenko fue agente de la KGB también, seguramente a cambio de su cooperación con el gobierno británico (información), consiguió su ciudadanía británica y la protección del estado.
2) Fue asesinado, aunque el gobierno británico insista en hablar de “muerte sospechosa”. seguramente para evitar un incidente diplomático.
3) Su asesinato fue ordenado y orquestado desde Rusia, como lo demuestran los rastros de polonio en los aviones de la BA.
4) Si la idea original era lograr un “asesinato discreto”, el tiempo, el lugar, y las pistas de polonio dejadas en aviones, y establecimientos públicos, constituirían un gran descuido por parte del (los) asesino(s). Recuérdese que se han encontrado rastros de polonio en tres aviones diferentes. ¿No debería ser uno sólo? ¿O es que hizo varias conexiones? Por ende la pregunta es nuevamente si se trata de un error no intencional, o premeditado.
5) ¿Realmente le convienen políticamente estas muertes a Putin?

Al final, si tomamos el caso del asesinato del presidente norteamericano John F. Kennedy, como el asesinato o conspiración más importante de la historia, y en el cual las evidencias de que había más de un cómplice involucrado, eran tan obvias, y en el cual, sin embargo, se sigue insistiendo en que era un sólo asesino, y que el resto de la información “es secreta”, entonces con mayor razón en el caso Litvinenko nunca sabremos la verdad. De hecho, para los grandes medios de comunicación dejará de ser noticia de primera plana en algunas semanas, a no ser que se revele algún escándalo político de proporciones mayores.

Cosas de la agenda…, política. Claro está.