domingo, mayo 17, 2009

Repensar los blogs..., y ciao

Interesante esto de los blogs. Creo que es algo que se vuelve parte de uno, de manera que para quienes hemos vivido el fenómeno de los blogs con cierta intensidad, porque cuando opinamos o escribimos lo hacemos con pasión, ya sea equivocada- o acertadamente, simplemente no podemos dejar de hacerlo. Pero hay temas que aburren. Uno de esos temas es la política, y el otro son los "grandes temas" que los grandes medios deciden que son importantes.

Contrario a lo que creen muchos bloggers y críticos de opinión, manipular la opinión pública no es posible. Lo que sí nos pueden imponer, y de hecho lo hacen, es la agenda pública, es decir, qué temas son importantes y cuáles no lo son para ser discutidos. Y entonces cual telenovela mexicana de 500 capítulos de 1 hora, nos inundan constantemente con temas basura. DMG, gripes porcinas, reelección sí, reelección no, congresistas corruptos investigados, magistrados a los que les da miedo ponerse los pantalones y administrar justicia, y por ende prefieren dedicarse a la política de manera cínica y descarada...

Por eso, y a pesar de que hay sin duda en mi memoria momentos maravillosos, tanto en lo personal como en lo nacional cuando inicié OIMC, miraré para adelante, que es para donde me dirijo. El pasado es para aprender de él, y esa sencilla verdad siempre guiará a quienes desean determinar sus propios destinos. De manera que me aburrí de observar a quienes añoran el Macondo de García Márquez. Si eso los hace felices, que así sea. Me despido orgulloso y satisfecho de este blog, y le doy las gracias a quienes me visitaron e hicieron críticas constructivas. La manía de editar videos sobre el cosmos y las estellas sigue vigente, así como mi avidez por la música. Pero será en otro blog, y en otra ocasión.

Claro, me reservo el derecho de arrepentirme, pues como decía un cliché de James Bond: "Nunca digas nunca jamás". Sin embargo creo que esta intoxicación mediática severa es mala para mi salud, por ende, no quería dejar el blog ahí, como si nada, sino despedirme como es apropiado. Gracias y saludos a todos. THL

domingo, febrero 08, 2009

Una plaga llamada racismo (Editorial)


"Después de escalar una montaña muy alta, descubrimos que hay muchas otras montañas por escalar."
Nelson Mandela
Hace algún tiempo edité y subtitulé al español un video con apartes del famoso discurso de Martin Luther King en el parque Lincoln Memorial de Washington. Se trata de "Tengo un sueño". Y a raíz de la elección de Barack Obama como el primer candidato de origen afroamericano por el Partido Demócrata a la presidencia, y luego, con su elección definitiva como presidente de los Estados Unidos de América, las visitas a dicho video se duplicaron en un sólo par de meses.

Así también ocurrió con los comentarios. La mayoría de ellos de usuarios muy emocionados, y que de una forma u otra afirmaban con mucho optimismo más o menos lo mismo: "Se cumplió el sueño". Pero por desgracia aún no se ha cumplido. El racismo sigue más vigente que nunca. De hecho la xenofobia viene en aumento a raíz de la crisis económica mundial. De manera que hemos avanzado, pero falta mucho aún.

Y para no ir más lejos, en Colombia se produjo una noticia que es muy buena y muy mala a la vez. Se trata del sonado caso de un fallo del juzgado civil de Cartagena de Indias en contra de dos discotecas llamadas La Carbonera y Q-Kayitodos, y que el 25 de diciembre de 2004 negaron el acceso a dos estudiantes por ser de raza negra. Apartheid presente en la orgullosa ciudad anfitriona del "Hay Festival".

El fallo obliga a los dueños de esos establecimientos a indemnizar a las víctimas por unos 100 millones de pesos (unos 50.000 dólares americanos), por los delitos de discriminación racial cometidos. Y si bien este fallo marca un categórico precedente en la lucha del Estado contra el racismo, no deja de ser paradójico que este tipo de casos se siga presentando en nuestro país. Pero ése exactamente es el punto de Nelson Mandela, cuando dice que tras terminar de escalar una montaña, viene otra. THL

viernes, febrero 06, 2009

Esa cosa llamada “fair use”

Con toda seguridad usted ha visto o leído una crítica, parodia, sátira o burla sobre alguna obra literaria, película, canción, telenovela, etc, alguna vez en su vida. Sobre todo si es lector del OIMC. Y como es apenas natural, la única manera de criticar una frase emitida en un medio periodístico, o un libro por ejemplo, es citar textualmente dicha frase en primer lugar. De hecho podría hasta ser una obligación ética citar las fuentes de forma correcta y fehaciente, según el caso.

De la misma manera, cuando se parodia o critica una obra de arte, una película, o hasta un producto comercial por ejemplo, es imprescindible imitar al original en lo posible, y algunas veces, incluso utilizar el material original per se. Si uno quisiera por ejemplo analizar y/o criticar una estrategia publicitaria, sin duda alguna habría que recrear los elementos que la componen, tales como logos, frases, imágenes, sonido, etc.

Pero parodiar, criticar o satirizar obras sobre las cuales una editorial o multinacional de la industria del espectáculo por ejemplo ya poseen derechos de autor de antemano, no es tan fácil como parece. En la teoría legal aparece el famoso término del “fair use” (en inglés: “uso legítimo” o “uso razonable”). Se trata según la Wikipedia de “un concepto de la legislación estadounidense que permite, bajo ciertos requisitos, el uso de material protegido por derechos de autor.” En una página web de la Universidad de Stanford dan el siguiente ejemplo:
“Por ejemplo, si usted desea criticar a un novelista, usted debería tener la libertad de citar una porción del trabajo de la obra del novelista sin pedir permiso. Sin esta libertad, los poseedores de los derechos de autor podrían evitar cualquier crítica negativa sobre la obra del novelista. Desafortunadamente, si el dueño de los derechos de autor no comparte su interpretación de uso razonable, la disputa tendrá que ser resuelta en un tribunal de arbitramiento.”
Y si tal uso no es considerado como “uso razonable”, puede conllevar a indemnizaciones y acciones legales de diversa índole. Ello es especialmente cierto en el ámbito literario. Una excepción notable a este complicado panorama lo constituyen las parodias, según la misma Universidad de Stanford:
“Una parodia es una obra que ridiculiza a otra obra, usualmente una obra bien conocida. Los jueces entienden que por su naturaleza, la parodia demanda tomar una parte del trabajo original para ser parodiado. A diferencia de otras aplicaciones del uso razonable, está permitido el uso de una cantidad apreciable del material original para facilitar que “se conjure” al original.
Pero la mejor explicación que existe sobre el uso razonable o legítimo de materiales protegidos por derechos de autor, es sin duda el video de Eric Faden de la Universidad de Bucknell, y producido por la Media Education Foundation de los Estados Unidos. Según Sut Jhally, esta fundación se dedica a “producir y distribuir documentales de video para estimular el pensamiento crítico y debatir sobre la relación entre la posesión de los medios, su contenido comercial, diversificar la representación de las ideas y a sus representantes, y estimular la participación informada de los ciudadanos.”

Eric Faden utiliza múltiples escenas de archifamosas películas en dibujos animados de la compañía Walt Disney casi “descaradamente”, pero lo hace de una manera que crea una nueva obra, y lo hace en forma de parodia. De hecho se burla de la compañía representándola como una compañía ávida de dinero únicamente, a la vez que utiliza los queridos y admirados personajes de Disney a favor de su propia crítica. El video se ajusta con tal exactitud -y mucho humor- a las definiciones legales del uso razonable, que es por así decirlo, “intocable”. THL


"A Fair(y) Use Tale", un video de Eric Faden (en inglés).

Si desea saber más sobre las aplicaciones del "uso razonable" y/o "uso legítimo" de obras protegidas por derechos de autor, se recomienda que visite la web de la Universidad de Stanford:
The Stanford Fair Use Project.

lunes, febrero 02, 2009

El poder de uno (Editorial)

De vez en cuando en la vida surgen notables seres humanos, y que sin quererlo, se convierten en líderes de carne y hueso, en vez de vedettes de los medios, claro está. Aparentemente surgen de la nada, y desarrollan la capacidad de promover un cambio positivo para una comunidad de individuos como ellos, o incluso para el mundo entero. La lista de ciudadanos ejemplares es larga, y abarca múltiples aspectos de la complejidad de nuestro mundo. Me explico: uno piensa en la verdadera caridad y amor al prójimo sometidas a las más duras pruebas por ejemplo, y surge automáticamente el nombre de la albanesa Madre Teresa de Calcuta. Si se tratare de iniciativas por la paz mundial, sin duda alguna habría que pensar en el suizo Henri Dunant, el fundador de la Cruz Roja Internacional.

Si se trata de liberar una nación entera del yugo de otra, y sin el uso de la violencia, piensa uno en el hindú Mahatma Gandhi. Aunque el arquetipo del político audaz que logra transformar su propia nación, e inducirla a la autoreforma de sus propias instituciones, corresponde sin duda alguna al ruso Mijail Gorbachov, con su "glasnost" y con la famosa "perestroika", en mi opinión. Y últimamente se habla mucho de Martin Luther King, el líder revolucionario y activista por los derechos civiles que combatió la cobarde y sistemática discriminación contra la raza negra, y fue vilmente asesinado, pero nunca olvidado. Algo parecido podría decirse del surafricano Nelson Mandela. Sin ellos, seguro estoy de que no hubiera sido posible la elección del primer presidente de origen afroamericano de los Estados Unidos de América, Barack H. Obama.

Ninguno de los anteriores héroes de la historia contemporánea logró su obra sólo. Más bien lo que ocurre es que tuvieron la iniciativa individual de luchar por una idea altruista, y supieron inspirar a millones de personas del globo para unirse alrededor de esa idea surgida a partir de sí mismos, convirtiéndola en una causa común. Y lo hicieron sin violencia e intereses personales de por medio. Sus acciones bien podrían calificarse de “humanitarias”, si se quiere. Aunque el término preciso sería “humanista”, en mi opinión. La otra cara de la moneda la componen individuos corruptos que enarbolan supuestas “causas humanitarias” en su provecho personal, o el de una organización al servicio de otros intereses, lamentablemente.

La causa de la libertad
Las luchas más significativas alrededor del planeta sin duda alguna se correlacionan con la defensa de los derechos humanos, el combate contra el hambre, el intento por erradicar las mal llamadas “enfermedades del tercer mundo”, y últimamente la lucha por el medio ambiente y contra el calentamiento global. Dentro de la primera “categoría” citada –la de los derechos humanos-, se destacan la lucha por la vida, por la igualdad de oportunidades y la no discriminación, y por supuesto, por la mancillada libertad. Pero el de la libertad es un término muy amplio, y quizás el más complejo de todos.

En Occidente se hace mucho énfasis en la “libertad de expresión”, pero para quienes vivimos en Colombia, el significado es desgarradoramente más simple: se trata en una primera instancia de la libertad per se, es decir, no ser limitado por -o ser prisionero, cautivo o rehén- de otro sujeto de manera arbitraria e ilegal. La indignación nacional por este delito dio origen a la más grande marcha de protesta de Colombia y el mundo en favor de la libertad, y justo este cuatro de febrero se celebra un año de este acto cívico sin precedentes: "No más FARC". Tal es el caso del delito del secuestro, llámese “político”, “extorsivo”, o “simple”. Pero ambas formas del delito, es decir tanto el que atenta contra el derecho a la libre expresión, como el que atenta contra la libertad física del individuo, están sórdidamente entrelazados entre sí.

Y lo que es más grave, de la misma manera que individuos enarbolan con franca falsedad ideológica la bandera de la libertad, recurren luego a otros métodos carentes de cualquier noción de ética o moral, como cuando tratan de representarse a sí mismos como "defensores desinteresados" de algún bien común como los anteriormente descritos. O peor aún, presentar una liberación como un “gesto noble y humanitario”, cuando en realidad se está resarciendo un delito cometido contra ciudadanos inocentes. Para ello se valen del poder de algunos medios de comunicación, de estratagemas ampliamente conocidos como la “guerra sucia” o la “desinformación”. Y claro está, la intimidación es también una estrategia empleada, si bien las dos primeras de por sí ya son bastante intimidatorias.

La libertad de prensa en Colombia
El panorama de la libertad de prensa por ende es muy complicado. Por un lado están los crímenes y amenazas contra periodistas idóneos que tratan de ejercer su sagrada labor de informar. Dicha labor muchas veces les cuesta incluso la vida. La brutalidad contra la valiosa labor del periodista que es auténtico y no manipula la noticia, y que trata de ejercer su labor en las más sórdidas circunstancias imaginables algunas veces, no reconoce ideologías ni colores políticos. Se han amenazado y asesinado periodistas en nombre de todas las supuestas ideologías y causas en Colombia, en Latinoamérica, y en el mundo entero.

Pero de la misma manera, y de forma lamentable, también hay periodistas que han utilizado los medios para su propio provecho, o el de alguna oscura causa que pretenden disfrazar de legítima, logrando con ello el desinformar, difamar o poner en peligro las vidas de muchas personas. Una permanente crítica por su falta de ética profesional ha recibido Jorge Enrique Botero, polémico periodista fundador de Telesur, e integrante de la comisión “Colombianos por la Paz”, que justo ayer supuestamente buscaba facilitar la entrega de cuatro militares secuestrados por el grupo terrorista de las FARC.

So pretexto de “facilitar” el proceso de liberación de los cuatro militares, declaró Jorge Enrique Botero en una rueda de prensa posterior a dicha liberación dirigida a sus colegas que, no pretendía “chiviarlos” cuando decidió transmitir informaciones en vivo y en directo sobre la liberación para el canal Telesur, sino denunciar el supuesto “acoso de las fuerzas militares” del Estado. Afirmó que sólo con este medio habría logrado comunicarse mediante un teléfono satelital. También aprovechó para negar rumores de sus propios colegas, y según los cuales habría recibido veinte mil dólares por unas fotografías cedidas a la agencia de noticias Associated Press (AP). Ante el supuestamente amenazante sobrevuelo en la zona de liberación de un avión de la Fuerza Aérea Colombiana, quiso este periodista entonces “darle la palabra a la guerrilla”.

Estas palabras fueron emitidas textualmente en una transmisión en vivo y en directo para Telesur, y retransmitidas por City TV a eso de las 11 PM. Luego añadió Botero que, también quería “resarcir el horrible daño” causado a Telesur por la utilización de sus logos por parte de los falsos periodistas -militares encubiertos- de la famosa Operación Jaque, la misma que dio la libertad a quince secuestrados, entre ellos 11 militares colombianos, los tres contratistas norteamericanos, e Ingrid Betancourt. Y afirmó que gracias a su decisiva acción de “darle la palabra a la guerrilla”, se salvó la operación humanitaria. *

Mercaderes del dolor humano
Pero este no es un caso aislado. En abril de 2006 por ejemplo, se publicaba en el OIMC una crítica sobre ética periodística a partir de la controversia que surgiera con un libro del periodista Jorge Enrique Botero, en un artículo titulado: "Dándole duro a Jorge E. Botero". Dicho libro fue objeto de duras críticas por su falta de ética en la forma de redacción y promoción del libro, nada más ni nada menos que por parte de los periodistas Héctor Abad Faciolince en la Revista Semana, y María Elvira Samper en la Revista Cambio. El OIMC respaldó -y sigue respaldando- abiertamente estas críticas, toda vez que la libertad de expresión no es un bien exclusivo de los periodistas. A la gran polémica, y que fue desatada por opiniones de los propios colegas de Botero, éste respondería defendiendo su obra con el argumento de que gracias a ella el mundo supo de la existencia de Emmanuel, el hijo de de la ex secuestrada Clara Rojas-nacido en cautiverio-, así como de la vida de otros secuestrados.

La controversia sobre la falta de idoneidad profesional y ética de Jorge Enrique Botero ha trascendido los límites de los grandes medios. A partir del artículo del OIMC de abril de 2006 citado aquí precisamente, surgen señalamientos o insinuaciones de muy baja factura moral e intelectual en contra del OIMC por parte de un defensor de la vida y obra de Botero precisamente. Se trata de un blogger que dice llamarse Nathan Jaccard, y que escribe una reseña biográfica en agosto de 2008 titulada: “Contra viento y marea”, en un blog llamado “Chapinews”. De acuerdo a una etiqueta al final del artículo en cuestión, se trata de una reseña escrita supuestamente para el Centro de Estudios de Periodismo (CEPER) de la Universidad de los Andes:
Sus colegas le reprochan [a Jorge E. Botero] de ser a veces muy exagerado, demasiado extremo y de creerse superior a los demás. María Elvira Samper, de la revista Cambio, cree que “alimenta el morbo nacional”. Una misteriosa organización que se esconde detrás del nombre de Observatorio Independiente de Medios de Colombia (OIMC) declara que Botero se aprovecha del dolor ajeno, “se beneficia del amarillismo humano con el fin de lograr un objetivo económico, político o simplemente egocéntrico”.
¿Cómo interpretar eso de “misteriosa organización”? Más aún, ¿cómo interpretar que dicha supuesta "organización", se “esconde” detrás del nombre del OIMC? Los lectores habituales de este blog conocen perfectamente la identidad del autor. No es un secreto. Basta con entrar a cualquiera de los blogs anexos del OIMC, o dejar un comentario y preguntar, o más fácil aún, hacer clic en el enlace “Editor General” en el encabezado de este blog. Sin embargo, son muchos los bloggers que de forma anónima o con un “nickname” emiten sus opiniones, y por diversas razones que sólo ellos sabrán a cabalidad. Y me atrevo a decir que todos ellos, bien sean contrarios o afines a las ideas usualmente expresadas en el OIMC, no permitirían cuestionar su propia idoneidad como bloggers o “periodistas ciudadanos” por el hecho de ser anónimos.

Peor aún, ¿por qué se acusa a un modesto blog como el OIMC, de ser una “misteriosa organización”? ¿Cuál es la supuesta “motivación” de esa “organización misteriosa llamada OIMC”, según el supuesto autor, de la supuesta reseña del CEPER? A buen entendedor, pocas palabras. Guerra sucia en contra de quienes nos atrevemos de disentir con justa causa de este tipo de individuos. Y qué vueltas da la vida, pues se trata nada más ni nada menos, de un supuesto admirador, aprendiz, o redentor de Jorge Enrique Botero en este caso. Aún así, hay que reafirmar que el verdadero periodismo es, y sigue siendo -por supuesto-, la más noble y justa de las causas, cuando se ejerce con la ética y altura que corresponde a esta profesión, y su único compromiso es con la verdad.

Aunque el periodismo ejercido por ciudadanos sin experiencia profesional o formación académica en el campo, es sin duda mucho más difícil, como es el caso de quien les escribe. Sobre todo por la inmensa soledad que se siente cuando se es objeto de un ataque personal o señalamiento sin ningún fundamento, a no ser que llamar “amarillista” a un periodista, sea un delito. Al principio de este artículo sin embargo, hablaba del maravilloso “poder de uno”. Pero ciertamente no soy, ni pretendo ser Mijail Gorbachov, ni Mahatma Gandhi, o Martin Luther King. Y definitivamente no soy la Madre Teresa de Calcuta. No soy más que un ciudadano común y corriente -ingenuo eso sí-, porque creo en el “poder de uno” –a pesar de todo-, en el “poder de la palabra”, en la “pluma como espada”, y lo más importante, en el apego irrestricto a la verdad. Por todo esto, a Dios me encomiendo. Thilo Hanisch Luque.

* Para rematar, la "ilustre senadora" Piedad Córdoba, alias "Teodora" según el PC del comandante alias "Raúl Reyes", en rueda de prensa del día de hoy condena en vivo y en directo "el atentado terrorista en Cali que destruyó la sede del Partido Comunista", cuando el vil atentado fue contra una sede de la Policía Nacional, y sus víctimas fueron cuatro uniformados y varios civiles -van treinta heridos y dos muertos, uno de ellos, el presunto terrorista-, y los indicios señalan que sus autores fueron las FARC.

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