miércoles, abril 23, 2008

La ciclovía bogotana es un símbolo sagrado de nuestra democracia (Editorial)

El siguiente melodrama transcurre en Bogotá, durante una supuesta fría madrugada de un domingo. Para empezar, digamos que en algún lugar del barrio del 20 de Julio al sur de la capital, ocurre lo siguiente: “Mijito…, ¡levántese que ya van a ser las cinco [de la mañana], o sea que ya empieza la ciclovía!” Horas antes, en Suba, al norte de la ciudad [a eso de las tres de la mañana], “Mijita, ¡póngase ya el uniforme [camisa de color amarillo chillón, pantaloneta rojo también chillón] de guardián de la ciclovía, y salga ya, o si no va llegar tarde a su puesto de control!”.

Para los "de afuera", y que de pronto no saben de qué carajos estoy hablando: la ciclovía bogotana es una tradición de más de veinte años, consistente en que algunas de las avenidas principales son cerradas al tráfico automotor durante las 7 AM y 2 PM, y las calles son invadidas por deportistas de rendimiento físico por determinar, como yo, pero con mucho corazón y ganas de hallar un sano espacio de recreación, y que quieren por ello apropiarse un rato de la ciudad y circular por ella a través de cualquier medio de transporte de tracción humana.

La propuesta de reforma de la Cámara de Representantes, y cuyo autor intelectual es José Fernando Castro Caicedo*, del partido de gobierno CAMBIO RADICAL [qué ironía lo de "cambio" y lo de "radical"], consistente en una dantesca madrugada para satisfacer las necesidades de una minoría a quienes sirven. Tremenda herejía y despelote en el día de descanso decretado por las mismísimas Sagradas Escrituras. Daño colateral producto de la “brillante iniciativa” de una parranda de congresistas desocupados, que quieren adelantar una actividad sagrada para muchos de los bogotanos por dos horas, la ciclovía de los domingos, de 5 AM a 12 meridiano. Congresistas inútiles que viven de nuestros impuestos y que no le han prestado ningún servicio de altura a la patria, y que ahora quieren meter el “mico” en cuestión como proyecto de ley, pasando además por encima del Concejo de Bogotá.

Primero que todo, que pobre manera de representar al interés nacional, y las necesidades verdaderamente apremiantes de la nación. Ahora resulta que los domingos es obligatorio facilitar las vías de transporte, para que Zutano pueda vender chorizo con arepa en algún local "New age" de la carretera a todos los enguayabados del fin de semana, y que no lograron entrar al famoso restaurante “Andrés, carne de res”, o a una de sus imitaciones y secuelas gastronómicas al lado de las polvorientas carreteras de la Sabana de Bogotá.

O quizás Fulano se retrasó el otro día para su partidito de golf en el “Club de Los Lagartos” [nombre que ni pintado para sus arribistas socios], o si no, lo que pasa es que las ventas de los grandes centros comerciales de Mengano podrían ser mucho mejores, si sus potenciales clientes no tuvieran que circundar en masa en sus carros por las calles congestionadas que son ciclovía a esa hora. Vías dizque congestionadas a raíz del cierre de las principales vías capitalinas, para facilitar un pequeño espacio de recreo y descanso a los ciclistas y deportistas ocasionales domingueros, o a los que trotan, o montan patines, o lo que sea, los domingos de 7 AM a 2 PM. La ciclovía es una de muy pocas ideas originales y de verdadero progreso democrático, 100% colombiana y bogotana.

En la ciclovía hay de todo. Ciclas bien cachetudas, hasta de marca BMW, PEUGEOT o MERCEDES BENZ, o marcas mejores aún pero de verdaderas fábricas de bicicletas, como JAMIS, BENNOTTO, RALEIGH, etc. Y hay las imitaciones, muy buenas por cierto. También hay ciclas dobles. Hasta he visto ciclas con remolque, donde un señor pedalea con cuerpo y alma para hacer avanzar a dos nietos y a su madre [¿o suegra?] entrada en años, y hacerlos parte del paseo. También hay un sinnúmero de minusválidos o discapacitados [no sé cuál es el nombre correcto ahora, pero de ninguna manera es peyorativo el uso de uno u otro término lingüístico], con unas adaptaciones increíbles, muchas veces creadas por ellos mismos, para impulsarse con tenacidad y decisión a través de las vías dispuestas con tal fin.

En la Avenida El Dorado por ejemplo, es común ver pequeñas filas indias de niñas de ocho a diez años más o menos, debidamente uniformadas y equipadas, y que patinan armoniosamente siguiendo las precisas instrucciones de su entrenador. Niñas que sueñan con alcanzar el podio y llevarse una medalla dorada, como la “Chechi Baena”, nuestra campeona mundial de patinaje. También hay los ciclistas clásicos, vestidos con una trusa de lycra narizona al mejor estilo de Lucho Herrera [el otrora campeón de la Vuelta a España y del Dauphiné Liberé, entre muchas otras hazañas deportivas], añorando quizás tiempos gloriosos del ciclismo colombiano.

También están los adolescentes y los cincuentañeros, ávidos por demostrarle al que sea que su temprana o tardía juventud no es obstáculo para demostrar quien es el rey de la velocidad a los que pertenecemos al grupo etáreo intermedio. De esa manera, sin proponérmelo, me he visto avocado a enfrentarme en heroicos duelos con varios desconocidos. Sigo invicto por cierto, más que todo por resistencia. Aunque admito que han existido algunos pocos, poquísimos, más veloces que yo. Pero esos no andan cazando duelos espontáneos conmigo, ni yo con ellos, para no perder mi invicto claro está. Ni pendejo que fuera.

Mujeres muy bellas, con cuerpos fantásticos y de todas las edades montadas en todo tipo de caballitos de acero. Cuando uno las va inspeccionando desde atrás, mucho antes de inspeccionar la parte frontal del motor vehicular, se lleva más de una sorpresa al constatar que en este terreno también hay modelos clásicos, dignos de ser coleccionadas y admiradas. También hay de las otras, de chasis torcido o de carga muy pesada. Muchas veces el motor humano es francamente desproporcionado para cierto tipo de armazones y sus relativamente pequeñas ruedas. Mujeres [y hombres también, por supuesto] que uno no sabe si fue que sacaron la cicla rosada modelo BARBIE de la hija, y al pedalear sus rodillas se elevan hasta el nivel de sus hombros, o casi, pues soy levemente exagerado.

En la contraparte masculina hallará usted incluso obras maestras artesanales que imitan una motocicleta HARLEY-DAVIDSON de alto cilindraje, y su orgulloso piloto debidamente vestido para la ocasión, con botas de vaquero con espuelas, y chaqueta de cuero negro que hace juego con las anteriores, y unas gafas de sol de esas por el estilo de LEE MAJORS, el protagonista del HOMBRE NUCLEAR. Algunos de ellos incluso fumándose un cigarrillo de marca nacional, como un PIELROJA, a la vez que impulsan su complicada maquinaria.

Hallará también gasolineras humanas por doquier, con biocombustible a base de jugo de naranja fresco recién exprimido, o si lo prefiere, una recontradulce PONY MALTA o gaseosa artificial, y que al final del paseo uno no sabe si podría estropeársele la combustión interna por unas amibas, o por una falla grave de deshidratación osmótica inducida. Si tiene hambre, puede degullir un pan o un roscón acompañados de mortadela o salchichón de dudoso origen, y sabor algo precario, pero eso sí, matan el hambre de una.

Mujeres bellas en vehículos que no les hacen honor, y vehículos bellos mal motorizados. Supongo que lo mismo podría decirse del género masculino, pero esa no es mi especialidad. Ciclas lobas, modernas, arcaicas, bien o mal mantenidas, pobres y ricos, feos y bonitos…, todos los que asistimos a la ciclovía hacemos parte de la democracia. Y aceptamos a nuestros semejantes, y convivimos con él [ellos], o al menos, nos toleramos. Y francamente creo hablar por todos los millones de bogotanos que amamos esa muchas veces única alternativa de ocio y deporte en nuestras vidas, cuando rechazo este perverso proyecto de adelanto del horario.

Nadie en su sano juicio saldrá a las 3 o 5 de la mañana, para constatar si eso de la inseguridad y los atracos, es cierto o no. Nadie, que no sea un fanático del deporte o una persona que odie el bello arte de quedarse pegado a las cobijas en la mañana, saldrá madrugado para hacerle el favor a Fulano, Zutano o Mengano. Ellos no representan el bien común, ni la voluntad de la mayoría, ni mucho menos su proyecto de reforma de nuestra ciclovía lo hace por ellos.

Además, con el tiempo, al constatar que casi nadie usa la ciclovía en la madrugada, terminarían recortando el horario de 7 AM a 12 PM, con toda seguridad. Y eso por no mencionar el hecho de que durante varios festivos y domingos la nueva alcaldía no instaló ciclovía dizque para facilitar el retorno de automotores que volvían de vacaciones. De nuevo ganó el automóvil. Además la mayoría de personas llegan en horas de la tarde o de la noche, porque madrugar simplemente es incompatible con la noción de descanso o vacaciones, como ya decía. En los países escandinavos de pronto sea al revés, pero esto no es Escandinavia, definitivamente.

De hecho, yo salgo entre las 12 del mediodía y las 2 PM, porque a esa hora hace un sol espectacular, y porque antes estaría pegado a las cobijas, como ya decía. Y para mi sorpresa, la gran mayoría de bogotanos salen a esa misma hora. El domingo no es un día laboral, y presuntamente no es un día comercial. Pero si de cuestiones comerciales y económicas se tratare, o de una mezquina y diabólica interpretación del bien común, habría que decir que miles de familia derivan un sustento de una labor como inflar llantas o reparar bicicletas al lado de la ciclovía, o vender jugos, mazorcas o sánduches de mortadela de que hablaba en el PARQUE NACIONAL, o a los costados de la calle 26 o carreras séptima y quince.

El actual alcalde de Bogotá [Samuel Moreno] se estaba haciendo el loco [como si no hubiera podido poner el grito en el cielo mucho antes], y ha pedido muy tardíamente que no cambien el horario, para no quedar mal con la ciudadanía. En cambio el ex alcalde Enrique Peñalosa, que en mi opinión la embarró hasta el fondo en las elecciones pasadas por negarse a construir el metro [básicamente ése fue su error], al menos en este caso ha sido no sólo un fiel y legítimo protector de la ciclovía, sino incluso usuario acérrimo de la misma [lo que añade credibilidad]. Lo mismo puede afirmarse del ex alcalde Antanas Mockus.

El tal Samuelito y el POLO DEMOCRÁTICO en cambio, ni saben diferenciar la parte de adelante o atrás de este “complejo” vehículo. Quizás porque él y los suyos, bueno, este..., ellos como que son muy amigos del tal Fulano, Zutano o Mengano, además de hipócritas profesionales, claro. Hágase extensiva la puya al alicaído y otrora glorioso PARTIDO LIBERAL, que ha traicionado sus principios históricos, y a muchos de sus ex partidarios [incluyéndome], para hacer alianzas oportunistas de todo tipo con los anteriores, y que no vienen al caso. Y es que su gobierno distrital ha cancelado varias ciclovías de forma injustificada, para mencionar sólo algunas, está la del 6 de enero y la del 23 de marzo de este año, como ya se señalaba.

Ahora que este proyecto fue una iniciativa de un partido político del gobierno central [uribista], nada más ni nada menos que CAMBIO RADICAL dirigido por el senador Germán Vargas Lleras, un político ahí sí que élite, y también de acendencia claramente liberal [Señor Vargas, a pesar de lo creído, yo creía en usted, ahora no cuente con mi voto ni de vainas]. Y éste si que menos sabe qué es una bicicleta, ni siquiera conoce de su existencia. Más fácil sería llevar al Rey Juan Carlos de España o a Isabel II de Inglaterra a un paseo de olla a Monserrate, que hacer entender a este jerga de engreídos de "buena familia" que los bogotanos no somos sus sirvientes. Si Vargas Lleras quería suceder al presidente actual, que se vaya bajando de la nube, y le pregunte a Castro Caicedo qué es una bicicleta, y qué es una ciclovía. Por supuesto, los izquierdosos del POLO que no se vayan a hacer aparecer como los defensores de última hora de nuestra ciclovía.

Por eso los ciudadanos decentes y de a pié [o bicicleta] tomaremos atenta nota de quienes específicamente atenten contra la única conquista visible de la endeble y frágil democracia colombiana. Anotaremos bien el nombre de todo congresista promotor de esta iniciativa, ahí sí enemigo del pueblo colombiano y de la democracia que atenta contra este icono sagrado de esparcimiento. Y ténganlo por seguro, haremos todo a nuestro alcance para impedir que sean reelegidos estos ineptos, al servicio de los intereses de quién sabe quién, sin importar a qué partido político pertenecen o qué ideología dicen profesar. Así se salve la ciclovía, estos tipejos tendrían más probabilidades de ser absueltos en un supuesto caso de corrupción por la mismísima Corte Suprema de Justicia, la Fiscalía de la Nación o el mismísimo Consejo de Estado, que por el implacable juicio de la historia, y del voto capitalino.

Por eso ya hay una muy importante iniciativa en marcha, una especie de referendo popular para tumbar otra de tantas porquerías del congreso colombiano: se trata de la "FIRMATÓN". Ojalá se unan a ella todos mis compatriotas amantes de la ciclovía, de la libertad y de la verdadera igualdad. Por supuesto, los congresistas y enemigos del pueblo bogotano podrán seguir consumiendo con su avidez característica sus polvorientas morcillas, o intentar torpemente jugar al golf [con nuestros recursos], o recibir patrocinio en épocas electorales de los dueños de los grandes centros comerciales. Ni más faltaba. Esto es una democracia.

*EL TIEMPO 7/5/08: "Murió el representante José Fernando Castro luego de sufrir infarto durante debate en el Congreso". Más allá de su cuestionable proyecto de reforma, el OIMC expresa sus condolencias por el deceso del congresista José Fernando Castro Q.E.P.D. No está de más señalar, que de acuerdo a esta información el caótico servicio de ambulancias de la capital nunca llegó a prestarle sus servicios a este congresista, quien tuvo que ser transportado y atendido por sus colegas hasta llegar al hospital, donde finalmente murió. Ni los políticos se salvan del mediocre servicio de salud colombiano. Quizás sea éste el momento de abordar reformas realmente útiles a los habitantes de Colombia, como la de la maquiavélica y nauseabunda Ley 100 de la Salud.


Video muy artesanal de la ciclovía.

6 comentarios:

Frank Morris dijo...

Falto decir que en la ciclovia muchos comenzaron su historia de amor...

Supongo yo que Bogota no fue construida pensando en el ciclista (y ni siquiera en el peaton).

Pero una bogota sin ciclovia los domingos nos devolveria a epocas barbaras.

Sin ciclovia ya no hay bogota dominguera.

Debido a que no existen los espacios suficientes para el ciclista, este prestamo dominguero de las vias automotores era un don precioso.

Sin ese prestamo los accidentes y en cierta forma la posibilidad de ejercer algun deporte queda muy fragil e incluso llevaria a situaciones trajicas ya que el ciclista al no tener lugar en la ciudad podra ser victima de absurdos accidentes.

Es una lastima, que la ciclovia tenga que ser siempre algo 'prestado', quizas con la notable excepcion de algunas vias pensadas directamente para ciclismo en los parques y avenidas mas recientes.

Saludos

EDITOR GENERAL (THL) dijo...

Hola Minotauro: Así es. Hay muchas historias por contar alrededor de esta tradición dominguera. Pero además cuando la gente empezó a apropiarse del espacio público, de alguna manera ello sirvió para concientizar a la sociedad de la importancia de todo lo público, incluyendo andenes, parques, bibliotecas, etc. Es como un gran organismo, y es medio absurdo como lo dice Peñalosa en su artículo en defensa de la ciclovía, que existan países copiando algunas de las pocas pero buenas iniciativas sociales bogotanas, y que mientras tanto los gobernantes actuales quieran ir ahora de para atrás, por no mencionar que la agenda legislativa tiene muchas cosas vitales por resolver en el ámbito económico y político, relaciones exteriores, la lucha contra el terrorismo, y ahora salen con babosadas de estas, para luego decir que no les alcanzó el periodo legislativo para yo no se qué, o que tienen que hacer sesiones extraordinarias, y cosas por el estilo. El desprestigio del Congreso desgraciadamente está bien ganado. Mil gracias por comentar y saludos también. THL

Felipe Chávez G. dijo...

yo tristemente recuerdo una caminada en ciclovía en jean y zapatos de material después de una fiesta de adolescencia, cuando todavía pedía permiso para quedarme una noche por fuera de la casa...

Recuerdo la soledad de un postdivorcio me invitó a los puntos de aeróbicos para conocer mujeres, me enamoraba de las instructoras, pero nunca fui capaz de saludarlas, veía a todas las parejas paseando con su perro y me mordía la lengua de la envidia.

Fácilmente la ciclovía (a pesar de su antiguo y tonto slogan "Bogotá no tiene mar pero tiene ciclovía") ya puede ser considerada como "patrimonio inmaterial", pues congrega a la ciudad, articula el uso del espacio público y produce un valor agregado invaluable en apropiación de los habitantes de la ciudad.

En fin, por lo menos Vargas Lleras perdió tu voto ¡Ojalá pierda mas! Pues con su alaraca guerrerista contra Venezuela en la pasada crisis, peló el cobre.

EDITOR GENERAL (THL) dijo...

Hola Felipe: Bueno, pues lo siento por sus anécdotas melancólicas en la ciclovía, que presumo superadas. Bueno, que Vargas Lleras la embarró como director de su partido al permitir que Castro Caicedo proponga semejante perjucio al bien común con lo de la ciclovía es una cosa, otra es, por supuesto, la situación con Venezuela. Yo mismo he escrito varios posts a propósito del armamentismo venezolano, y no está de más recordar, que fue el dictadorzuelo Chávez quien ordenó mandar tropas a la frontera, tanques, cazabombarderos, y un sinfin de recursos bélicos como demostración de fuerza y amenaza de facto, y a los que el gobierno de Colombia no respondió. Más bien yo cuestionaría la información sobre las armas venezolanas presentada por este senador como si el fuera el mismísimo agente 007, como de muy mala calidad, y con poca información de inteligencia sobre su potencial uso. Yo creo que este señor pasó raspando el curso ese de la doctrina y estrategia militar, y eso que supuestamente es un militar de la reserva. En este blog se han citado y mostrado fuentes mucho más ricas en lo técnico y estratégico, y no soy más que un ciudadano de a pié que "googlea" dicha información. Y lo de proteger guerrilleros en Venezuela y Ecuador tampoco habla muy bien de nuestros vecinos belicosos, que quieren imponernos su "Socialismo del XXI, que no es otra cosa que comunismo tropical, en mi opinión. Guardo la esperanza de que con el escándalo de la farc-política caerán muchos de los políticos corruptos y ONG´s que quieren prolongar el malestar social del país, o más aún, destruirlo. Por supuesto también espero que la parapolítica no siga corroyendo las instituciones, y causando estragos que sólo sirven para alentar a los corruptos de ambos bandos por fuera de la ley. Y que Sarkozy se dedique a gobernar su país, cosa que al parecer ha hecho bastante mal de acuerdo a la opinión pública de sus gobernados.
Antes de terminar en otro post, mil gracias por su comentario y visita. Saludos.

Anónimo dijo...

me encantó el relato, un abrazo.
p.d.: minusvalía se cambió por discapacidad, pero las dos están relacionadas con la oportunidad que le da el medio a la persona para desarrollarse. Si el caso que mencionas consiste en que el individuo estaba disfrutando de la ciclovía feliz y sin ningún tipo de barrera arquitectónica, estamos ante un caso de limitación física. Pero en Bogotá este tipo de casos no existen, mira nada más la pendiente de los andenes para subir y bajar y su ubicación estratégica, que más parece una herramienta para deshacerse de ésta población y no para ser de ayuda.

EDITOR GENERAL (THL) dijo...

Hola Katia: Esta visita sí que es una grata sorpresa. Gracias por el comentario y la descripción aclaratoria. Y es que hasta para cruzar al lado de un semáforo casi que hay que hacer malabarista de circo o deportista de alto rendimiento. Cómo será para quienes padecen una limitación física importante... Un abrazote. THL