martes, mayo 09, 2006

Ecuador: Un político audaz


Dicen los que saben, que el sentido de participar en la política, es el de acceder al poder. Otra cosa muy distinta, es el sentido del por qué y del para qué se quiere dicho poder. Lo que si es claro, es que Lucio Gutiérrez, el hasta hace un año (más o menos) primer mandatario del Ecuador, no ha renunciado a la idea de participar en el poder político ecuatoriano, bien sea de forma directa o indirecta.

En una aparentemente extraña jugada política, el ex presidente Gutiérrez renunció al asilo político otorgado por el gobierno colombiano hace poco menos de seis meses. Uno podría preguntarse, ¿qué sentido tiene solicitar un asilo, para renunciar a él tan prontamente?

Esta decisión política sería del todo normal, si obedeciera a cambios de postura del gobierno ecuatoriano actual de Alfredo Palacio, hacía la situación jurídica y política de Gutiérrez. Sin embargo, la postura del primero siempre ha sido la de que Gutiérrez es un fugitivo de la justicia ecuatoriana. Tanto así, que se trató de impedir su refugio político en Colombia, mediante una complicada estrategia de múltiples misivas y comunicaciones dirigidas a la Canciller de Colombia, Carolina Barco, además reforzadas por una orden de detención internacional de la INTERPOL.

Pero el significado real de esta maniobra política de Gutiérrez es que, pudiendo refugiarse legalmente, y pudiendo evitar el enfrentamiento con la justicia de su país, “ha renunciado a este beneficio legal para asumir su deber patriótico”.

Así las cosas, su sometimiento voluntario a la justicia, y “no obligado por una vulgar captura policial”, enaltece su imagen como si se tratara del mismísimo filósofo griego Sócrates, cuando prefirió ser condenado injustamente a la muerte, que dar mal ejemplo desobedeciendo las reglas de la democracia ateniense.

Es decir, Gutiérrez ahora es una víctima, y su otrora Vicepresidente Palacio, su victimario. Cualquier observador desprevenido se preguntará entonces, ¿quién traicionó a quién? ¿Gutiérrez a su pueblo, o Palacio a Gutiérrez, teniendo en cuenta que el primero era el segundo miembro en importancia del gobierno anterior de Gutiérrez? En últimas, si Palacio traicionó a Gutiérrez, la implicación automática de todo el asunto es que también traicionó a su patria.

Fidel Araújo, uno de los ex colaboradores que a contrario de Palacio si permaneció fiel a Gutiérrez, ratificó que el ex Jefe de Estado, destituido en abril de 2.005, es un “preso político”. Y ni corto ni perezoso, inscribió al ex Mandatario como candidato presidencial para las próximas elecciones que se llevarán a cabo en octubre de 2006, a nombre del Partido Sociedad Patriótica (SP).

Si las cosas estuvieran mejor en el Ecuador ahora que antes, la respuesta sería más que favorable a Palacio. Pero la situación socio-económica ecuatoriana anda de mal en peor, y la crisis de ingobernabilidad también.

Y las principales acusaciones en contra de Gutiérrez, son más del orden político que legal. Al ex presidente se le acusa de "atentar contra la seguridad del Estado", y de “incitar a la población a desconocer al jefe de Estado”, según Alfredo Palacio. Y en esencia, se trataría de un delito político. Error garrafal de Palacio, cuyos talentos parecen estar más relacionados con su profesión de médico-cardiólogo, que con la de político. Y qué no decir de su función de estadista.

Ni corto ni perezoso, Gutiérrez señaló en una reciente entrevista que, “En Ecuador está hoy la auténtica dictadura, una persecución demencial (…) Ese señor (Palacio) le está fallando al pueblo ecuatoriano. Su Gobierno demuestra una total ineptitud. Se está cayendo solito”.

Y sus seguidores, que no son pocos, estaban dispuestos a morir en una huelga de hambre para presionar a la Corte Suprema antes de su liberación.

Más allá de la sinceridad o no de sus palabras, y de la honestidad o no de sus actos ejecutivos cuando era gobernante, Gutiérrez ha demostrado que es mucho más que un político oportunista y populista. Ante todo, Lucio Gutiérrez es un gran estratega político. Probablemente sea muy superior al presidente Palacio en este aspecto, como se infiere de la falta de liderazgo en el concierto nacional e internacional de éste último.

De acuerdo a información del diario de Guayaquil llamado EL UNIVERSO, publicada hace un par de meses, Lucio ya aclaró que no existe ningún impedimento legal ni constitucional que le impida ejercer el derecho a la candidatura presidencial una vez más. Mientras tanto, si Gutiérrez tiene o no las cualidades para dirigir a su país, es una cuestión que le corresponde decidir únicamente al pueblo de Ecuador, y a nadie más.

Amanecerá y veremos.

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