jueves, noviembre 30, 2006

El caso Litvinenko: ¿Conspiración o asesinato de estado?


El asesinato de Alexander Litvinenko, un antiguo espía de la KGB rusa, y ciudadano británico por adopción, se perfila como una de las conspiraciones internacionales más difíciles de resolver en la historia contemporánea reciente.

Aguardando agonizante, una sentencia de muerte irreversible, pero sin perder su lucidez mental hasta el último suspiro vital, Litvinenko dictó una declaración pública, dos días antes de su muerte, tomada y leída por su amigo Alex Goldfarb, en las afueras del Hospital Universitario de Londres, el viernes 24 de noviembre.

En dicha declaración Litvinenko señala al primer mandatario ruso, el presidente Vladimir Putin, como el directo responsable de su muerte por envenenamiento. Litvinenko ingirió una sustancia radiactiva conocida como polonio-210, y cuyo origen indefectiblemente está ligado a personas con acceso a las altas esferas políticas y económicas de Europa Oriental, toda vez que esta sustancia sólo se consigue en la muy custodiada industria militar nuclear, si bien existe la hipótesis de que también podría accederse a ella a través del mercado negro.

Básicamente hay dos teorías. En la una, el gobierno de Vladimir Putin es el responsable, y se trata por ende de un asesinato de estado. En la otra, habría una conspiración en contra del gobierno ruso. Ambas teorías tienen un asidero de verdad, y un sinnúmero de cabos sueltos, que no permiten tomar una decisión inequívoca.

La teoría del asesinato de estado
El analista británico de seguridad, Glenmore Trenear-Harvey, quien se reunió varias veces con Litvinenko en el pasado, señalaba en un reportaje de la BBC lo siguiente: “Debemos poner esto en un contexto histórico.(..).En el último trabajo de Litvinenko en la FSB (un apéndice de la KGB), éste encabezaba la Unidad de Anticorrupción y descubrió muchos fraudes, por lo que hizo muchos enemigos al interior de la KGB”.


En este mismo reportaje se especula sobre una posible conexión entre este asesinato, y el de la periodista rusa Anna Politkovskaya, también muy reciente, y que precisamente estaba en la búsqueda de los asesinos del sistema bancario ruso, que se especula, podrían ser ex agentes de la KGB. Igualmente la Politkovskaya era una enemiga política de Vladimir Putin.

Aunque el análisis es coherente con el contexto histórico, como señala Trenear-Harvey, además de las mismas denuncias de Litvinenko, las especulaciones más pertinentes deberían basarse en el contexto científico y material que rodea a los sofisticados métodos empleados en este asesinato, como veremos a continuación. Las contradicciones más fundamentales parten del mismísimo Scotland Yard, que hasta la fecha, ha declarado que las circunstancias de la muerte de Litvinenko “son sospechosas”, sin admitir abiertamente que se trata de un probable asesinato. Probablemente haya motivos “diplomáticos” para esto.

De hecho el Secretario del Primer Ministro Británico, John Reid, fue quien informó primero a la Cámara de los Comunes (Parlamento británico) sobre el hallazgo de trazas radiactivas de polonio-210 en la casa de Litvinenko, así como en un hotel y un restaurante de lujo londinenses, y que la víctima había visitado el primero de noviembre.

Sin embargo el mismo Reid declina cualquier especulación sobre una intervención de agentes extranjeros en el caso, y hace la advertencia de que la policía británica consideraba “sospechosas” las circunstancias de la muerte de Litvinenko, pero que eso no quería decir que hubiera un “tercer partido” involucrado. Podría tratarse de un acto de "diplomacia", como se decía, por ser acusaciones que implican nada más ni nada menos que al premier de Rusia, pero también es obvio que los servicios secretos de aquí y allá manejan información secreta que no revelarán al público, más allá de que esta información incrimine o no a determinado personaje.

El arma homicida: polonio-210
En la tabla periódica de los elementos químicos, el polonio corresponde al número atómico 84. Existen varios isótopos del mismo. Para los que hayan olvidado las clases de química del bachillerato, un isótopo es una átomo con el mismo número atómico (en este caso 84) que está dado por la parte de su masa en protones (cargas positivas en el núcleo) y electrones (negativos, girando alrededor del núcleo) que es igual al de protones. Los neutrones tienen la misma masa que los protones, y también están en el núcleo, pero son neutros eléctricamente, como su nombre lo indica. El polonio-210 por ende es un isótopo con más masa que el original, lo que lo hace muy inestable, y por ende su núcleo tiende a romperse, generando protones que se salen del núcleo, y produciendo radiación alfa.


Es tan inestable y tan difícil de producir y manejar, que se requiere una tonelada de uranio para producir 100 microgramos de polonio-210 (una décima parte de un gramo). De ahí que quienes afirman que para acceder a esta sustancia se requieren “contactos de muy alto nivel”, tienen toda la razón. Ahora que para matar a una persona de tamaño y peso promedio, digamos de unos 70 kg, se requieren tan sólo 0.12 microgramos (una millonésima de un gramo). El tamaño de esta dosis letal corresponde a una “insignificante” partícula de polvo.

Por eso sólo un usuario autorizado, como por ejemplo un funcionario de una planta de energía termonuclear, un científico que trabaje con un acelerador de partículas, o un militar con acceso a combustible nuclear, o armas nucleares, puede tener acceso a este veneno letal. Como el polonio es tan escaso en la naturaleza (aunque se encuentra naturalmente incluso en el cuerpo humano y en el tabaco), se fabrica en dichos reactores nucleares, bombardeando otro elemento químico, como el bismuto por ejemplo, con neutrones.

Por otro lado el polonio debe ser ingerido, para que entre a la circulación y sea absorbido a nivel celular. La manera más eficiente sería una taza de té, por ejemplo. Como las partículas alfa (protones) tienen mucha masa, una simple hoja de papel puede detenerlas y absorberlas. Y si entra en contacto con la piel, por ejemplo, lavarse las manos será muy efectivo para alejar el veneno. De ahí que incuestionablemente alguien cercano a Litvinenko tuvo que añadir el veneno a una bebida suya, o algún alimento.

Según el relato de Philip Walker, profesor de física de la Universidad de Surrey: “Esta sustancia fue cuidadosamente elegida por su habilidad de ser difícil de detectar en una persona que la ha ingerido”.

Tras la pista del polonio-210
De acuerdo a la página Web de SANDERSRESEARCH, en un artículo del 27 de noviembre, hasta la fecha tres personas más han sido remitidas a tratamiento clínico especializado por presentar sintomatología compatible con una intoxicación por polonio-210. Las tres personas en cuestión también estuvieron en el famoso restaurante de lujo de donde Litvinenko comió el 1 de noviembre. Todo apuntaría a que fue allí donde el asesino contaminó los alimentos o bebidas con este veneno.

También se ha detectado la sustancia a bordo de dos Boeing 767 de British Airways (BA) en Londres, y otro avión de la BA estacionado en Moscú. La BA está contactando a todos los pasajeros que viajaron durante alguno de los 120 vuelos sospechosos en la ruta Moscú-Londres. Sin embargo la aerolínea afirma que el riesgo de intoxicación de otros pasajeros es bajo. Asimismo la BA declaró que los tres aviones fueron sacados de circulación, mientras se practican pruebas forenses y se buscan más trazas de polonio.

Para rematar, hay una teoría sobre una conspiración más amplia aún, para envenenar a otro prominentes personajes, como lo señala el blog SECULAR BLASPHEMY. El ex primer ministro ruso Yegor Gaidar, de 50 años, por ejemplo, está muy enfermo desde el 24 de noviembre, por un raro síndrome de etiología clínica desconocida, y que podría corresponder a una intoxicación por polonio-210.

Gaidar igualmente ha ejercido una fuerte oposición política al gobierno de Putin, sobre todo por sus políticas económicas. Anatoly Chubais, el ex jefe de gabinete de Boris Yeltsin (el anterior presidente ruso), le relató a los reporteros que los doctores consideraban que la aguda y repentina enfermedad de Gaidar no era natural, y que se encontraba al borde de la muerte despues de haber sido valorado por profesionales médicos de varias especialidades, y que no han podido determinar la causa de su enfermedad.

Ahora si: ¿quién fue?
A pesar de que el polonio como toda sustancia radiactiva, es relativamente difícil de adquirir, desde la caída de la Unión Soviética existe un mercado negro de combustibles para armas nucleares y uranio. De acuerdo a un informe de la Universidad Internacional de Viena, basado en datos estatales de las diferentes agencias de seguridad europeas, ha existido tráfico ilegal de uranio y plutonio en Rumania, Rusia, Turquía y Alemania, entre otros. En 1994, agentes encubiertos de la policía alemana capturaron a contrabandistas de origen colombiano y español, y que traficaban con aproximadamente 0.4 kilogramos de plutonio en el aeropuerto de Múnich.

En este caso en particular se cree que el material provenía de Rusia, más concretamente del Instituto de Física y Energía Nuclear de dicho país. El Instituto es oficialmente operado por el Ministerio de Energía Atómica de Rusia. Y ese es tan solo uno de varios cientos de casos detectados. Sobre los no detectados, solo se puede especular.

Obviamente la pena de prisión del colombiano fue de 5 años, y la de los españoles de sólo tres. Pero teniendo en cuenta el peligro que representan estos materiales, no deja de ser curioso que la pena fuera bastante baja para ambas partes, considerando el castigo que se le pone a una mula del narcotráfico, por ejemplo. Seguramente llegaron a un acuerdo por cooperación con las autoridades locales. De todas maneras, una mafia poderosa, como la rusa por ejemplo, seguramente accedería fácilmente a estos elementos radiactivos. Sin embargo, como vimos, el polonio es aún más escaso que todos los elementos anteriores.

Algunas conclusiones (y especulaciones más)
Sin duda alguna los miembros del gabinete ruso actual, así como los de los gabinetes pasados, no son precisamente ángeles caídos del cielo. Sería difícil imaginar que las riendas del antiguo imperio comunista hubieran caído en manos de un político puritano. Pero con todas las dudas razonables que despierta el caso de este asesinato tan sofisticado, llama mucho la atención el método empleado.

¿Qué tan indetectable era este tipo de envenenamiento, cuando su víctima era un ex agente del KGB? Porque era obvio que los medios de comunicación, y las agencias de seguridad respectivas, harían una investigación pormenorizada de los hechos, y que por ende, tarde que temprano, descubrirían el arma homicida. Litvinenko conocía estos métodos de envenenamiento, por su experiencia previa en la FSB- KGB, y por ende tuvo tiempo suficiente para denunciar los métodos empleados y los móviles. Era lógico que quisiera incriminar a sus acérrimos enemigos políticos.

Eso lo hace a uno pensar que este costoso veneno fue utilizado para llamar la atención. También que fue ordenado desde Rusia, como un mensaje a todo “potencial traidor”. Lo que es difícil predecir es su origen último (estado o mafia). Si fue la mafia, hay que partir de la base de que esta no es necesariamente una organización homogénea y estructurada. Al igual que en Colombia, seguramente existen “varios carteles”, y varios grupos compitiendo entre sí por el dinero y el poder rusos.

Desde ese punto de vista, cualquier enemigo político de Putin, con agentes infiltrados en la KGB, o ex agentes de la misma, podría haber efectuado el (los) asesinato (s), para que el polonio-210, diera la inefable huella y sospecha de un complot orquestado desde su gobierno. No es que Putin sea un ángel, de hecho fue el director de la KGB durante el gobierno de Boris Yeltsin. Pero Putin también es un gran estratega político, y sería extraño que diseñara un plan tan mal hecho para autoincriminarse. Si la teoría del "contexto histórico" es válida en una vía, también debería serlo en "contravía".

Las únicas especulaciones con alta probabilidad de certeza son:
1) Como Litvinenko fue agente de la KGB también, seguramente a cambio de su cooperación con el gobierno británico (información), consiguió su ciudadanía británica y la protección del estado.
2) Fue asesinado, aunque el gobierno británico insista en hablar de “muerte sospechosa”. seguramente para evitar un incidente diplomático.
3) Su asesinato fue ordenado y orquestado desde Rusia, como lo demuestran los rastros de polonio en los aviones de la BA.
4) Si la idea original era lograr un “asesinato discreto”, el tiempo, el lugar, y las pistas de polonio dejadas en aviones, y establecimientos públicos, constituirían un gran descuido por parte del (los) asesino(s). Recuérdese que se han encontrado rastros de polonio en tres aviones diferentes. ¿No debería ser uno sólo? ¿O es que hizo varias conexiones? Por ende la pregunta es nuevamente si se trata de un error no intencional, o premeditado.
5) ¿Realmente le convienen políticamente estas muertes a Putin?

Al final, si tomamos el caso del asesinato del presidente norteamericano John F. Kennedy, como el asesinato o conspiración más importante de la historia, y en el cual las evidencias de que había más de un cómplice involucrado, eran tan obvias, y en el cual, sin embargo, se sigue insistiendo en que era un sólo asesino, y que el resto de la información “es secreta”, entonces con mayor razón en el caso Litvinenko nunca sabremos la verdad. De hecho, para los grandes medios de comunicación dejará de ser noticia de primera plana en algunas semanas, a no ser que se revele algún escándalo político de proporciones mayores.

Cosas de la agenda…, política. Claro está.

miércoles, noviembre 08, 2006

Cuando la deserción no es una opción

“Por supuesto que la gente no quiere la guerra. Pero después de todo, son los líderes de los países los que determinan la política. Siempre es una simple cuestión de manipular al pueblo, sin importar que se trate de una democracia, una dictadura fascista, un régimen parlamentario o una dictadura comunista. Bien sea con voces a favor o en contra, la gente siempre responde al clamor de sus líderes. Es fácil. Todo lo que usted tiene que hacer es decirles que están siendo atacados, y denunciar a los pacifistas por su falta de patriotismo, y por exponer a su país a un peligro mayor.”
El que oiga estas palabras por primera vez creerá, quizás, que fueron emitidas por un analista político, o algún sociólogo dedicado al estudio del fenómeno de movilización de masas con fines bélicos, o un pacifista, o algo así. Estas palabras sin embargo, fueron expresadas por Hermann Göring, líder político y militar del partido de los nazis del Tercer Reich, y comandante de la Luftwaffe. Fueron pronunciadas durante su enjuiciamiento por crímenes contra la humanidad en Nuremburgo (Nürnberg).

Este brillante estratega militar, y quien evidentemente no puso su inteligencia al servicio de la humanidad, expresaba así un paradigma de la historia contemporánea, que de forma trágica y muy práctica probó no ser una teoría, o interpretación acomodada de la Geopolítica, sino la cruda realidad. De hecho fue eso lo que se hizo (entre otras cosas) para llegar al control totalitario del estado alemán. Lo de la dictadura nazi es bien relativo, pues desde el punto de vista de la población civil alemana, Adolfo Hitler fue elegido libremente por amplia mayoría como su canciller en unas elecciones limpias y democráticas, más allá de que esta ceguera e histeria colectiva por recuperar e imponer la supuesta superioridad moral, cultural y racial, llevara a tan fatal resultado.

La dictadura fue de las fronteras alemanas hacía afuera, nunca hacía adentro. El régimen nazi no fue derrotado por revolucionarios alemanes, sino por guerreros de naciones bien alejadas de su realidad. Tan democráticas y libres fueron estas elecciones alemanas, que en 1938, cuando se iniciaría la ofensiva alemana de anexión de territorios, lo hacía con el beneplácito de los Estados Unidos, Reino Unido, Rusia e Inglaterra, entre otros.

La tragedia se fraguó desde antes
A Chamberlain, el Primer Ministro de Gran Bretaña, no le fue difícil triunfar sobre su rival, Winston Churchill, e instalarse en el poder bajo la prebenda de que era preferible una mala paz que una buena guerra. Aunque la historia juzgaría más tarde a Chamberlain por su beneplácito con el régimen nazi, muchos desconocen que las políticas parlamentarias son de consenso, y los tratados y leyes que salen del legislativo británico, deben ser aprobadas por la Cámara de los Lores (aristócratas) y el rey (o reina misma), además de la Cámara de los Comunes (pueblo raso). Chamberlain era el líder de un “consenso democrático”, y no un político que actuaba bajo su propio criterio personal.

Por los lados de la Unión Soviética la cosa no era tan complicada, pues era un tratado de neutralidad entre dictadores. Francia también fue invadida bajo el beneplácito de su régimen central, aunque no de buena parte de su pueblo. Técnicamente el general Charles De Gaulle, al oponerse a esta decisión, y declarar y llamar a la resistencia civil y armada, estaba conspirando contra un gobierno legítimo, elegido por las urnas democráticas. Que Estados Unidos entrara decididamente a la guerra el 7 de diciembre, se lo debemos al Imperio del Japón y su ataque a Pearl Harbour. ¿Paradojas?

De cualquier manera en el frente aliado los políticos también empezaban a declarar que sus estados y forma de vida estaban amenazados. Pero más allá de que la corrupción política no reconozca credos, naciones o ideologías, esta vez la amenaza era cierta.

Por patriotismo, o por sobrevivir, o cómo lo quieran llamar, las campanas de la guerra sonaban sin ninguna alternativa diferente que la de pelear la guerra. Desmantelar ejércitos, o declarar el estado hippie del “haz el amor, y no la guerra”, hubiera llevado a un mundo mucho peor al que tenemos, y salvo algunos neonazis, o integrantes del KuKuxKlan, o incluso, otros partidos fascistas en expansión, sobre todo en algunos países árabes y suramericanos, además de Japón, claro está, muchos decidieron definir esta guerra como un cruzada entre el bien y el mal, y aunque no de forma explícita, se reconocía el grave error de no haber intervenido en el asunto antes.

¿Antes de qué? Pues antes de que asesinaran y torturan millones de judíos, europeos orientales y opositores del nacional-socialismo. Pero a la vez que se especula sobre los diferentes escenarios militares y políticos paralelos que hubieran sido posibles, también se especula que la suerte de quienes tenían la visión para anticipar el desastre, era precisamente la misma que sufriera el genio político que fue Winston Churchill. Fue necesario que hubiera una agresión militar directa, un par de años despues, mediante la brillante estrategia militar nazi de la guerra submarina y de bombardeos con cohetes, para que Gran Bretaña entendiera que la libertad no es un bien negociable y algunas guerras ineludibles. A Chuchill le tomó tan sólo unos segundos anticipar esto. Negociar con el enemigo en estas circunstancias era alta traición. Desertar en estas circunstancias era capitular.

La objeción de conciencia
Bertrand Russell es el padre natural de la objeción de conciencia. Cuando la sugirió, el recuerdo de la segunda guerra mundial estaba aún muy fresco. La mayoría de personas no entendían la objeción de conciencia, y creían que se trataba de un estímulo a la deserción de las fuerzas armadas. Y por la experiencia reciente, era claro que, si hacer parte del ejército era una libre elección, estaban amenazadas la soberanía e integridad territorial británicas.

Russell fue injustamente tildado de “antipatriota” en su momento, y la gente no quería escuchar un discurso racionalista sobre su derecho a no empuñar un arma contra ningún semejante, aunque fuera el más feroz de los enemigos. En tiempos de guerra el “estás conmigo o contra mí” es un sistema práctico de descarte moral, pues la prioridad es vencer cuanto antes y volver a casa, con o sin medallas en el pecho, pero volver vivo y completo.

Pero Russell era un humanista, liberal y librepensador, al que los ataques sólo lo estimulaban más a demostrar la gran diferencia que hay entre traicionar su país, el desertar (con todas sus variantes causales) y la objeción de conciencia. Le faltó pragmatismo para entender la previsible reacción de rechazo de sus coterráneos, que entendían que el esfuerzo por librar una guerra era un acto heroico, y que esta idea deslegitimaba ese heroísmo y ese sacrificio humano desde el punto de vista de ellos. Era como decirle a la viuda, o a la madre que perdía a sus hijos en la guerra, que su sacrificio no había servido a ningún noble propósito, y que todo había sido en vano. Las heridas de la guerra estaban muy frescas aún, y fue malinterpretado, entonces. Valga decir que el servicio militar obligatorio fue derogado en Gran Bretaña en 1963, finalmente.

Otro problema ético importante de la guerra fueron como siempre los medios empleados para lograr el fin. Y si bien las naciones más o menos libres del planeta proclamaban la necesidad de una victoria aliada para lograr la paz mundial, la historia condena a los Estados Unidos por emplear la bomba atómica en Hiroshima y Nagasaki.

Y es que dicen que las guerras sacan lo peor y mejor del ser humano, en este caso lamentablemente fue lo peor. Y esto estimuló una guerra armamentista entre las potencias hegemónicas, que no renunciarían a esta arma para quedar en desventaja frente a los norteamericanos. Y el ciclo de ires y venires, la guerra ahí si catastrófica e injusta que los EEUU iniciaran en Vietnam, ha conllevado al desarrollo de al menos 8 países con capacidad nuclear, y una capacidad combinada para destruir al planeta cincuenta veces.

Después de estas guerras si no cabía duda de que el sacrificio de vidas humanas fuera inútil, si los móviles de la guerra eran ilegítimos. La frase de que “esta no es mi guerra” tomó fuerza al ritmo del rock & roll, la marihuana, y la conciencia de la libre autodeterminación.

Ahora la posibilidad de una tercera guerra mundial si llevaría a una justificada actitud antibelicista. La revolución del pueblo contra los gobiernos de sus estados no se hubiera hecho esperar, de haberse mantenido la obligatoriedad del servicio militar. Por eso el servicio militar obligatorio ya no existe en la mayoría de naciones europeas, y en Norteamérica. Eso no es gratuito.

En estos países por tanto, la objeción de conciencia, tal y como fue concebida originalmente, ya triunfó hace rato. Sin embargo ahora hay un “nuevo tipo” de objeción de conciencia. Es la objeción de quien ya está en una fuerza armada, y durante el proceso de una guerra, se niega a obedecer órdenes, si las considera política-, ética- o religiosamente incorrectas.

La nueva objeción de conciencia
Valga decir que si se hace una mención más profunda de las fuerzas armadas británicas no es necesariamente porque sean las más atrasadas en el tema. Por el contrario, la información es más abundante y accesible, incluso podría decirse que hay más libertad de información entre los británicos, que en las Américas u otras latitudes.

Hecha la aclaración, hay un procedimiento para los soldados profesionales británicos que quieran ser liberados del servicio de armas por motivos de objeción de conciencia:

“El trámite se establece en la Instrucción No. 6 (D/DM(A) 7/5/3(M1(A)) “Licencia o baja por motivos de conciencia”. La norma se aplica a todos los miembros activos del ejército de tierra, incluidos los de tiempo parcial y en la reserva. El Ministerio de Defensa considera la Instrucción como documento confidencial y está prohibido hacerla pública fuera del ejército de tierra. Se cree que hay instrucciones similares en la marina y el ejército del aire, pero se desconoce su contenido. Según dicha Instrucción, los motivos religiosos, morales o políticos de objeción de conciencia pueden calificarse como razones para la objeción de conciencia y pueden conducir a la baja honrosa de las fuerzas armadas. Esto incluye motivos de conciencia contra determinadas campañas, como la intervención de las fuerzas armadas británicas en Irak.”

El problema del procedimiento de solicitud de objeción de conciencia es que es confidencial. Es muy difícil llevar estadísticas, o hacer seguimientos, pues según esta misma fuente los miembros activos de las fuerzas armadas deben dirigir una solicitud por escrito a su comandante. Ahora bien. Como entraron voluntariamente, se presupone que no todos los actos del servicio requieren dar de baja. Por ende la solución es un traslado a otro sitio, o campo de acción, según el caso:

“El comandante realiza una entrevista al solicitante. Al solicitante se le puede pedir que proporcione pruebas, que podría ser una declaración sobre la sinceridad del solicitante hecha por un religioso o alguien que conozca bien al solicitante. El comandante habitualmente consulta al capellán castrense sobre la sinceridad de la solicitud, independientemente de si la solicitud se basa en motivos religiosos o no. El comandante envía entonces un informe al comandante de división. El informe incluye la recomendación sobre si la solicitud debe o no ser aceptada.”

Si la solicitud se rechaza, hay dos instancias de apelación. Primero el Committee on Conscientious Objection (ACCO) (Comité Asesor sobre Objeción de Conciencia):

“Se trata de un comité independiente de civiles designado por el Lord Chancellor y presidido por un jurista. El Comité actualmente se compone de un Presidente y Vice-Presidente de calificación regulada y un número de miembros a los que no se requiere titulación especial. El ACCO cita al solicitante a una vista, durante la cual el Comité hace una valoración de la sinceridad del solicitante. (..) Las comparecencias son públicas y a los solicitantes se les permite estar acompañados por familiares y amigos o un abogado. (..) Durante la guerra en Irak en 2003 y 2004, muchos reservistas fueron llamados a filas. Los reservistas reciben una notificación que les ordena presentarse en una base militar en una fecha determinada. Al recibir dicha notificación, los reservistas legalmente se convierten en miembros activos de las fuerzas armadas. (..) durante la guerra de Irak en 2003 y 2004 se tiene constancia de decenas de solicitudes por objeción de conciencia. Se cree que el Ministerio de Defensa es reacio a conceder a los soldados profesionales la baja honrosa por objeción de conciencia. Hay casos de soldados dados de baja por ser “oficiales inadecuados”, por “no requerirse más su servicio” o ser médica o temporalmente no válido para el servicio, cuando realmente pidieron la baja por objeción de conciencia.

Escenario colombiano
Según un artículo de la misma website anterior, la objeción de conciencia tiene una larga tradición religiosa entre escritores jesuitas de la Escuela de Salamanca. Uno de ellos es Francisco Suárez quien defendió la desobediencia a la ley positiva por razones morales:

"En segundo término, deducimos de cuanto se ha dicho que la ley que carece de esta justicia o rectitud no es ley ni obliga ni puede siquiera cumplirse, esto es claro, porque una justicia opuesta a esa rectitud de la ley es también contraria al mismo Dios, pues lleva consigo culpa y ofensa a Dios. Luego no cabe lícitamente su observancia". Por su parte, Francisco de Vitoria afirmó explícitamente que "si el súbdito está convencido de la injusticia de la guerra no debe servir en ella aunque lo mande el príncipe", y esboza la cláusula de objeción al precisar que "los súbditos cuya conciencia es contraria a la guerra no pueden participar en ella, tengan o no razón en pensarlo así."

En Colombia durante el primer Congreso Obrero de 1924 salió a la luz el tema por primera vez, cuando una dirigente del sindicato obrero de La Dorada, llamada Carlota Rúa, reclamó el hecho de que el servicio militar fuera obligatorio para los jóvenes obreros y campesinos:

“Años más tarde, durante la guerra con Perú, un grupo de mujeres objetó públicamente que sus esposos y sus hijos fueran reclutados. A finales de la década de los ochenta y principios de los noventa el tema de la Objeción de Conciencia al Servicio Militar Obligatorio adquiere madurez cuando se organiza un comité impulsor compuesto por personas e instituciones, que desde la filosofía de la no violencia fomentan el reconocimiento de la Objeción de Conciencia como un derecho según lo establecía las Naciones Unidas en la resolución E/CN/4/1987/173 del 10 de Marzo en Ginebra Suiza, y donde Colombia votó a favor."

Durante el año de 1991 en el marco de la Asamblea Nacional Constituyente, la propuesta de Objeción de Conciencia al Servio Militar se difundió de manera que algunas subcomisiones acogieron el tema. También se realizaron diferentes actividades como marchas, ruedas de prensa, movilización de colegios y un plebiscito de 6.000 firmas que se entregaron a la secretaria de la Asamblea Nacional para que el tema fuera incluido.

Finalmente, aunque de manera indirecta, quedó contemplada la Objeción de Conciencia en el artículo 18 de la Constitución Nacional que consagrada la libertad de conciencia, creándose una contradicción que hasta ahora no ha sido resuelta con el artículo 216 que obliga a todos los colombianos al servicio militar.

Esta ambigüedad ha hecho que diferentes jóvenes hayan sido condenados por la jurisdicción penal militar después de negarse a cumplir con la prestación del servicio militar. (..) En 1994 Luis Gabriel Caldas León fue encarcelado cuando expresó ante la dirección de reclutamiento su negativa de no prestar el servicio militar por razones pacifistas y no violentas, declarándose públicamente objetor de conciencia. Por este acto terminaría en la cárcel acusado de desertor según el Tribunal Superior Militar imponiéndole una pena de siete meses. Durante su encarcelamiento fue acompañado por Amnistía Internacional y apoyado por distintas organizaciones de derechos humanos en el mundo mediante Acciones Urgentes presentadas al gobierno Colombiano.

Por este mismo año en Medellín, Hamilton Chica Bohórquez con 15 años y de octavo grado del Liceo Marco Fidel Suárez, fue asesinado cuando junto con sus compañeros gritaban: “No al servicio militar obligatorio...No queremos ser asesinos del Pueblo” (Cambio 16, Noviembre, 1994) Esto ocasionó una sucesión de disturbios que afectaron la vida de los estudiantes, sus familias y la institución escolar, llevándolos a adoptar una posición de objeción colectiva. Durante cinco años no fueron reclutados por el ejército nacional jóvenes de este plantel.


Objeción SI, deserción NO
Esa sería la gran conclusión de este artículo. Pero con el mismo ahínco es reprochable cualquier fomento de la deserción, pues la ley contempla que ningún soldado, ni oficial deben obedecer órdenes que incumplan el derecho internacional humanitario.

Incitar directa- o indirectamente a la deserción podría clasificarse justamente como un acto deshonesto y lesivo al interés nacional, basados en la suposición de que el soldado combatiente se enlistó voluntariamente, y no puede ser obligado a cometer ningún tipo de crimen contra la humanidad.

Claro que los gravísimos abusos de los derechos humanos cometidos contra los soldados, como los denunciados en febrero de este años por los medios de comunicación colombianos demuestran que a nadie deberían obligarlo a pertenecer a las fuerzas armadas, y sigue por ende vigente la idea de un servicio social obligatorio como alternativa al militar. Otra razón para no fomentar la deserción del soldado, pues podría enfrentar castigos o consecuencias legales mucho más funestas

La posición honesta, en mi opinión, es que se permita repensar el valor del patriotismo desde otras esferas y aplicaciones, que podrían ir desde asistir el trabajo social con niños abandonados, hasta ayudar en la ejecución de obras públicas, cuidar parques, en fin. Para ser patriota no hay que ser soldado.

Recientemente relataba mi colega Daniel Ramos del portal de equinoXio una utopía suya basada en el caso de unos soldados norteamericanos desertores de la guerra en Irak, en un artículo titulado Soldado, ¡haz patria! ¡Deserta!. Para ellos la situación política no justificaba la intervención a sangre y fuego que su país comete ahí. De ahí extrapola el autor una propuesta o idealización para que soldados colombianos siguieran el ejemplo con respecto al conflicto armado nacional, y que respaldan muchos otros compañeros de equinoXio. No dudo de la buena fé de los proponentes. Dudo que a los soldados les fuera permitido triunfar, y además, para bien o para mal, estamos en una de las mecas de la anarquía y violencia mundial. Supongo que en algún momento de la historia hubo personas ingenuas que soñaban con la "reconversión" de Hitler, por qué no puede haber quienes deseen la "conversión al bien" de Jorge 40 o el Mono Jojoy.

Más gravemente el fomento de esta utopía podría resultar en un caso epidémico de indisciplina militar, y fortalecer a los grupos armados al margen de la ley que actúan en contra de civiles inocentes. Aunque los abusos se dan en todas partes, y aunque se trata de una guerra no convencional y asimétrica, me temo que los grupos ilegales se fortalecerían aún más. Sería diferente si se propendiera por un ejército profesional, disciplinado pero con trato justo y recto por parte de los oficiales superiores.

Sería diferente si el país se encaminara por el camino de la objeción de conciencia, pero sin desertar de la lastimosamente necesaria tarea de contener a los violentos. Muchos creen que la victoria militar es imposible porque se ha ensayado infructuosamente durante 40 años. Equivalente al argumento de que la paz negociada también es un fracaso, pues se ha ensayado por el mismo tiempo exactamente.

Y es que para vencer en una guerra de guerrillas, según el pentágono, se requiere de una correlación de fuerza de 10 a 1. En teoría la nuestra excede el número, pues es más o menos de 15 a 1. Claro que hay que incluir un trato digno, buenos equipos, helicópteros. Un Black Hawk vale 50 millones de dólares, sin contar armas, entrenamiento de pilotos, repuestos, etc. La indemnización por la muerte infame de algún soldado en algún ataque sorpresa vale 30 millones de pesos, si su familia “tiene suerte”, 100 millones. Aún así en dólares americanos, este helicóptero vale 500 vidas humanas.

Al menos esas parecieran ser las cuentas del gobierno, que prefiere así exponer soldados mal entrenados y mal nutridos, además de desmotivados, al ambiente corrosivo de la guerra que termina por corromper algunos de ellos, en un acto de sobre vivencia. Son la carne del cañón, como lo son los niños y niñas abusados sexualmente y reclutados a la fuerza en la guerrilla y las autodefensas.

Y la paradoja de todo esto es que contra quienes son capaces de tal inhumanidad, sólo cabe la continuación de la guerra. Si no lo creen, lean las masacres e injusticias ocurridas cuando las fuerzas militares belgas salieron del Congo. La población civil lo pagó con muchas muertes. Claro, esperamos de las fuerzas armadas que sean nuestros aliados, y no enemigos. Esperamos que la infamia cometida contra el grupo élite de investigadores de la Policía Nacional en Jamundí sea esclarecida con todas las de la ley.

Aún así, son los más los que entre policías y soldados rasos han dado sus vidas por nosotros, sin haber escogido tal destino. Ciertamente no han sido los engalanados y muchas veces corruptos comandantes militares que han empañado el honor de la institución. Mucho menos el Presidente Uribe que recoge laureles cuando algo sale bien, y fustiga y humilla a los militares cuando las cifras estadísticas de la seguridad democrática no son convenientes.

Para los hombres y mujeres honorables que hicieron su juramento de bandera con el corazón, y no pensando en sus bolsillos, esta es una guerra de varios frentes. Como en la segunda guerra mundial, no escogieron la guerra, esta vino a ellos. Muchos quisieran objetar el maltrato e ineficiencia de la cúpula militar, seguramente.

A ellos y a sus familias dedico mi humilde artículo.

NOTA: Iba referirme también a dos comentarios irónicos hacía mi postura pragmática de mi otro colega de equinoxio, conocido con el pseudónimo de SENTIDO COMÚN:
“es que así es como se ha hecho siempre, lo demás es utópico”
“en mi familia tenemos claro el valor del patriotismo porque somos gente de bien”

Pero ahora que lo pienso, me parece totalmente innecesario. No niego, sin embargo que mi familia es gente de bien. Eso no implica que las familias de quienes piensen diferente, no tengan también claros sus propios valores de patriotismo. De pronto sea una utopía mía pensar que en la diversidad de criterios también hay verdad, aunque creo que Marsares, Sentido Común, Daniel Ramos y el resto de bloggers, comparten dicha utopía.

miércoles, noviembre 01, 2006

Periodismo global: ¡Feliz cumpleaños!

El blog de un amigo virtual de Chile está cumpliendo dos años en la blogósfera. Es un precursor en el concepto del periodismo digital participativo en su país y Latinoamérica. Se trata del periodista Fernando Meza, cuyo blog denominado Periodismo global cumple dos años informando sobre el "tire y afloje" del "cuarto poder", los medios y las noticias mundiales más relevantes.

No sé si la objetividad y neutralidad sean posibles en los medios de comunicación, pero tengo la convicción que este blog es uno de los menos alejados de esta meta estoica y controvertida. Pero ante todo se trata de uno de los primeros amigos virtuales que hice en la red con mi blog, y al igual como sucede con los amigos de la infancia, pues uno los recuerda con mayor afecto.

¡Por fín! BlogJuan segunda edición


BlogJuan se viene con todo, y con un tema ultra-super-mega-recontra original, y al cual injustamente la sociedad y los medios de comunicación no le han dado la importancia y cabida que se merece: ¡¡¡ las reinas !!!

Y por el mismo precio, lo cual ha sido posible gracias al patrocinio de R.C.N. (Reduce Cerebral Neurons): entrevistas, cómics, historias y dos videos. Esperamos con esto poner nuestro granito de arena, en nuestros valores culturales más supremos e importantes de nuestra idiosincracia, tecnocracia, mesocracia, democracia, y en fín, todas las -cracias habidas y por haber, y que gracias.

Recuerde, una página por 80 KB, cinco por 300 KB o la revista completa por 500 KB. Al lector que quiera colaborar con esta noble causa, simplemente haga click sobre la imagen, nosotros nos ocuparemos del resto.