Dedicado a la memoria de Syd Barret (1946-2006)
Bueno, quizás algunos muros son necesarios para delimitar nuestras viviendas, delimitar nuestros espacios, e incluso para sostener el techo de nuestras casas. Pero los muros también sirven para aislar, encerrar, negar el acceso a un espacio determinado…, en fin.
El 12 de junio de 1987, con la mítica y simbólica
Puerta de Brandenburgo a sus espaldas, el expresidente norteamericano
Ronald Reagan emitió un discurso en la por entonces dividida Alemania, y por supuesto, la Berlín dividida de antaño. Las
imágenes de Reagan y su discurso dirigido al premier de la Unión Soviética le dieron la vuelta al mundo. Las escuchó
Mijail Gorbachev, y retumbaban incluso en los oídos de la gente de Berlín Oriental (la parte
“comunista”). Aquí algunos apartes:
“Señor Secretario General Gorbachev, si usted busca la paz, si usted busca la prosperidad de la Unión Soviética y de Europa Oriental, si busca la liberalización: ¡Venga acá hasta esta puerta! ¡Sr. Gorbachev, abra la puerta! ¡Sr. Gorbachev: tumbe este muro!” Era la
perestroika* que se venía con todo.
"General Secretary Gorbachev, if you seek peace, if you seek prosperity for the Soviet Union and Eastern Europe, if you seek liberalization: Come here to this gate! Mr. Gorbachev, open this gate! Mr. Gorbachev, tear down this wall!"

Bueno, nunca me gustó el comunismo, a pesar de las perversiones del capitalismo y las interminables contradicciones y aberraciones de las democracias occidentales. Soy de los que cree que la
“democracia es el menos peor” de los gobiernos. Dicho esto, más allá de los escándalos tipo
IRANGATE, o de los abusos de la esclavización moderna del
"tercer mundo" mediante la exorbitante (e impagable) deuda externa con los países que otrora fueran
"la cuna de la civilización occidental". Siempre me incliné un poco más a favor de los gringos en cuestiones geopolíticas, a pesar de todo. Yo lo veo como escoger entre dos males, y por obvias razones (para mí) escogo el
“mal menor”.
El muro entre Israel y Palestina
Ahora que, hablando de otros muros, pues me resulta muy antipático el muro israelí. Pero bueno, si es para evitar que se les metan terroristas suicidas, pues podría decirse que es necesario, aunque no se justifica en ningún caso, que el trazado de dicho muro pase por zonas que pertenecen a Palestina, pues se estima que se le está
“expropiando” de tajo buena parte del territorio a esta convulsionada nación. Según la
BBC:
“Tanto la Corte Suprema de Israel como el Tribunal Internacional tienen que pronunciarse respecto a la legalidad del muro -y una de las oficinas del fiscal general del país le advirtió al gobierno israelí que podría enfrentar problemas al tratar de defender algunas porciones de la barrera. (..) El muro en construcción, que al final tendría 720 kilómetros de largo, significa para Israel un obstáculo para los atacantes suicidas y para los palestinos, pérdida de territorio.”

Según un artículo de una página mexicana llamada
PROCESO:
“En efecto, Ahmed Curie, primer ministro de Palestina, declaró que si Israel mantuviera el Muro en esta “frontera” internacionalmente reconocida, la Autoridad Palestina consideraría incluso contribuir con el costo de tan sensato proyecto. Después de todo, señaló, la historia prueba que los palestinos tienen en una mayor necesidad de protección contra sus vecinos hebreos que viceversa. En realidad, los objetivos del Muro son bastante diferentes…”. Dicho sea de paso, me parece que no es una estrategia inteligente de Israel para buscar la paz en el Medio Oriente, así como tampoco lo son los cobardes atentados con niños suicidas palestinos. Pero si el muro transcurriera estrictamente en la frontera con el territorio israelí, me parecería aceptable y lícito. En el mapa a la derecha se observan dos clases de líneas, las verdes, que corresponden a los límites reconocidos internacionalmente, y las azules, que demuestran como el muro se adentra en territorio palestino. De terminarse el muro bajo las condiciones expuestas en el mapa, la zona de Cisjordania perdería mínimo un 5% de su territorio.
El muro mexicano
Infame y contradictorio resulta el muro estadinense que se está construyendo en la frontera entre México y Estados Unidos, y eso por no mencionar las tales
“patrullas fronterizas”. Sobre todo cuando es una iniciativa que proviene directamente de un político como
George Bush, líder natural del
Partido Republicano, y por ende, heredero de las políticas de la posguerra fría de Ronald Reagan, y que claramente, según su visión y su discurso, hablan de integración, liberalización , paz y prosperidad. Según la Web mexicana de
UNIVISIÓN:
“"Nos da vergüenza estar protegiendo la frontera entre Estados Unidos y México y llevar uniformes hechos en México", dijo T.J. Bonner, presidente del Consejo Nacional de Patrullas Fronterizas, un sindicato de 6,500 miembros.”

Según otro artículo de la
BBC:
“La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó el endurecimiento de las leyes para frenar la inmigración ilegal, incluyendo el proyecto de construcción de un muro de más de 1.000 kilómetros a lo largo de la frontera con México.” Claramente este es un muro que aísla y discrimina a las naciones latinas del Río Grande para abajo, y no tiene justificación histórica.
La solución, por supuesto, es la verdadera
“liberalización” con tratados de libre comercio, pero equitativos con las necesidades y posibilidades reales de los latinoamericanos. Paradójicamente, al no hacerlo, los Estados Unidos no sólo cometen una injusticia contra los pueblos del sur, sino que además se están dejando coger ventaja en cuestiones de libre comercio de Europa y Asia. Es pura falta de visión política y económica. Lo que me lleva al último punto.
El muro del TLC
No se trata de un muro físico, sino de uno aún peor, pues impide el libre desplazamiento e intercambio de productos de forma equitativa. Sin embargo, la solución facilista de la
“revolución marxista” hace rato está mandada a recoger (afortunadamente), porque sólo produce odio, muerte y destrucción. La democracia occidental y el capitalismo definitivamente no son las mejores alternativas políticas o económicas, son las
“menos peores”. En ese sentido, no me gusta para nada la ideología y la visión
“revolucionaria” del presidente venezolano
Hugo Chávez, que dicho sea de paso, es una amenaza más para la estabilidad de la región. Pero tampoco me gusta la
“entrega incondicional” y sumisión servil del presidente colombiano Álvaro Uribe a Washington, por ejemplo.

La dignidad de los países pobres no debe ser pisoteada por los intereses de los que son más poderosos. Tampoco deben los representantes de los países tercermundistas entrar en comportamientos indignos. Esa (in) dignidad estuvo muy bien representada en la forma
“secreta” como se negoció el TLC (Tratado de Libre Comercio) entre Colombia y los EEUU, así como en la forma de aceptar
“correcciones de última hora”, cuando supuestamente, el
“borrador” del acuerdo ya estaba listo y convenido por las partes.
Según la revista colombiana
CAMBIO:
“Hace ya más de dos años que Colombia y Estados Unidos comenzaron la negociación de un Tratado de Libre Comercio para profundizar las relaciones entre los dos países. Y aunque el proceso terminó en febrero pasado, discrepancias de última hora en torno a siete bienes específicos del sector agropecuario han impedido que los presidentes de las dos naciones firmen el texto final y lo envíen a sus respectivos congresos para que sea ratificado.”
Si los políticos incurren en estas conductas a nombre propio, está bien. Uno puede hacer lo que quiera con lo que es de uno. Pero no en nombre de la nación. Aún si han sido elegidos por amplias mayorías, ningún político debería negociar lo que moral- y éticamente no es negociable. Y eso por no hablar de otras negociaciones más nefastas, y que mis colegas de la blogósfera dominan mejor. El caso es que la dignidad es de las pocas cosas de la vida que no admite estados intermedios, ni interpretaciones pragmáticas: es o no es. En ese sentido los medios de comunicación han sido permisivos tanto en éste caso, como en los anteriores, pues han sido muy laxos a la hora de calificar y juzgar a los constructores de muros. Informar sobre los hechos es a todas luces insuficiente, señores periodistas, si es que acaso, aspiran a algo más en la vida diferente a
"convertirse en un ladrillo más del muro", de acuerdo a la filosofía psicodélica de
Pink Floyd "Another brick in the wall".
Sr. Bush, ¡tumbe usted esos muros!
Y a propósito de muros
Éste es el video de la canción
“Another brick in the wall”, del álbum
THE WALL, de la banda británica
Pink Floyd. Creo que este grupo no requiere presentación alguna. Curiosamente, para celebrar la reunificación de Alemania,
el 21 de julio de 1990, esta banda tocó esta misma canción frente al muro, a pocos metros del sitio dónde Reagan le demandaba a Gorbachev
“tumbar el muro de Berlín”. No es posible imaginar el éxtasis de los fanáticos y asistentes a ambos lados del muro, mientras se tumbaba un segmento del mismo al ritmo de la canción. Fue así como se celebró la reunificación. Ojalá podamos asistir algún día a un evento similar en la frontera de los Estados Unidos con México. Y ojalá a México no le de también por hacer su propio muro.
We don't need no education
We don't need no thought control
No dark sarcasm in the classroom
Teachers leave the kids alone
Hey, teacher, leave the kids alone !
All in all it's just another brick in the wall
All in all you're just another brick in the wall
Pink Floyd
TODAS LAS FOTOS TOMADAS DE LA WIKIPEDIA, EXCEPTO LA FOTO DE BUSH CON URIBE, QUE ES DE LA PÁGINA DE LA PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA.
LINKS PINK FLOYD
VERSIÓN CINEMATOGRÁFICA DE
ANOTHER BRICK IN THE WALL (recontra-, super-, ultra-, mega-, recomendada)
LETRA COMPLETA DEL ÁLBUM THE WALL
WEBSITE OFICIAL PINK FLOYD
WEBSITE EN ESPAÑOL DE FANS ARGENTINOS
LINKS ARTÍCULOS OIMC
Cuestionar al presidente para luego reelegirlo
Sembrando odios
Subcomandante Marcos: líder mediático
Más allá de la conveniencia
¿Nacionalismo fútil?
*Desde mi punto de vista, la perestroika se la debemos a Mijail Gorbachev, verdadero artífice y genio político, y ése si con visión, y no a Reagan, ni al Papa Juan Pablo II, ni a nadie más. Pero eso es
"harina de otro costal".