jueves, enero 01, 2009

¿Otro Bogotazo? (Editorial)

Caos, desorden, ausencia de autoridad, crímenes de lesa humanidad, y un gobierno nacional que empezó su declive inexorable con el presidente de ese entonces, Mariano Ospina Pérez, hasta llegar a una situación insostenible para las instituciones del Estado, bajo el gobierno de Laureano Gómez. Tal era la situación de la capital colombiana después del asesinato de Jorge Eliécer Gaitán el 9 de abril de 1948. Se trata del hipotético período de La Violencia.

Y digo “hipotético”, no porque dude de que esa descomunal violencia haya existido, sino porque ya existía desde mucho antes, y lamentablemente, siguió existiendo hasta nuestros días. Pero para darle gusto a supuestos eruditos de la historia, oficialmente se conoce al período de La Violencia como el tiempo transcurrido desde el día del asesinato del caudillo liberal (Gaitán), un día oscuro de la historia colombiana conocido como el Bogotazo, hasta finales de los años cincuenta, más o menos.

El General Gustavo Rojas Pinilla asumiría el poder entre 1953 y 1957, e intentaría la “pacificación” del país. Lo logró a medias. La guerrilla liberal de ese entonces, y que se venía gestando a partir de ese período de La Violencia precisamente, se desmovilizó en gran parte, y entregó las armas. Pero un reducto importante decidió no sólo seguir con su lucha por la toma del poder mediante las armas, sino que además se “convirtieron” al comunismo. Estamos hablando nada más ni menos que de los grupos terroristas de las Farc y el Eln.

Pero más allá de los innumerables pros y contras de la biografía política del General Rojas, es innegable que bajo su gobierno Bogotá sufrió una transformación importante en infraestructura, y hasta se logró crear un estado algo más democrático. Se construyeron el Aeropuerto El Dorado, múltiples avenidas, el Centro Internacional de Bogotá, y demás anexos del desarrollo urbano, llegó la televisión, y hasta se reparó una falta injuriosa contra el género femenino al instaurar el derecho al voto para las mujeres. Un “dictador de derecha más” para los unos, o un “redentor y salvador de las instituciones de la patria” para los otros, el General Rojas terminaría siendo -quién lo creyera- el abuelo materno del actual alcalde de Bogotá, un representante de la “izquierda democrática”.

Bogotá hoy en día
Dista mucho la situación política, socioeconómica y urbana de la Bogotá de Gustavo Rojas Pinilla de la actual, bajo el mandato de su nieto, el Alcalde del Distrito Capital, Samuel Moreno Rojas. Ha pasado más de medio siglo desde entonces. De ahí que necesariamente ciertas comparaciones sean de entrada inocuas. Sin embargo, al contrario de lo que ocurriera con su abuelo, al actual alcalde la ciudadanía no le reconoce progreso alguno en el desarrollo de la ciudad. Incluso puede afirmarse sin temor a equívocos, que la mayoría de bogotanos desaprueban su gestión, y eso tan sólo después de un año de gobierno, porque perciben que la calidad de vida en la capital está retrocediendo.


Bogotá venía con mucho impulso -hacía adelante-, y por primera vez en su historia, a pesar de las enormes dificultades propias de una mal llamada “capital tercermundista”, venía siendo objeto de prestigiosos reconocimientos internacionales por la democratización de los servicios públicos, la construcción de bibliotecas espectaculares e infraestructura urbana en las zonas más marginales, la “cultura ciudadana” para mejorar la convivencia y bajar los índices de violencia, el sistema de transporte masivo Transmilenio, “Bogotá sin hambre”, las ciclorutas, la recuperación del espacio público, etc; todo esto acaecido bajo los gobiernos de Antanas Mockus, Enrique Peñalosa y “Lucho” Garzón.

Tomemos por ejemplo el problema de la movilidad. El sistema de transporte que venía mejorando en las administraciones de Peñalosa y Mockus, es ahora objeto de críticas masivas por su congestión, inseguridad e ineficiencia. Mucho más grave aún es la situación actual de seguridad. La percepción ciudadana de que la ciudad se ha vuelto muy insegura de nuevo, está debidamente soportada en cifras y estadísticas de violencia, aunque en un extraño malabarismo dialéctico, el alcalde afirme lo contrario. Los medios de comunicación más importantes de la capital, como son el diario El Tiempo, el diario El Espectador, la Revista Semana, Radio Caracol, Radio Santa Fé y la Revista Cambio entre muchos otros, han señalado unánimemente que la calidad de vida en Bogotá se ha venido deteriorando en el último año.

Y sin embargo el alcalde y la gran mayoría de los políticos afines ideológicamente al partido Polo Democrático, se hacen los de la vista gorda: “Aquí no ha pasado nada”, en otras palabras. En plena temporada navideña por ejemplo, asesinan inpunemente a un muchacho en una zona del norte de Bogotá, y que se supone ser segura, y a escasos cien metros de una prestigiosa clínica bogotana, que por cierto, está bajo investigación por presunta negligencia al negar el servicio de urgencias a la víctima. Y éste no es un hecho aislado.

Y aunque la situación se preste para el oportunismo de las críticas de muchos de los contradictores políticos del Polo, hay que reconocer que los diagnósticos de los congresistas Gina Parody y también el de Nicolás Uribe desgraciadamente están en lo cierto y reafirman todo lo anterior. El ex alcalde Enrique Peñalosa también denuncia como se ha venido perdiendo el espacio público de nuevo, o como ha venido desmejorando la cobertura y calidad de la educación en los colegios oficiales.

Es hora de que el alcalde de la cara y le meta el hombro a nuestra ciudad. No se trata empero, de sabotear su labor. Todo lo contrario. No queremos que su trayectoria política se llene de crisis inmanejables, porque ello nos afecta directamente. La gran mayoría de bogotanos quisiéramos que pasara a la historia como uno de los mejores alcaldes que jamás han existido, no porque seamos afines a su partido -que no soy, ni he sido, ni seré-, sino porque como bogotanos queremos vivir en una ciudad segura, limpia, democrática, más incluyente y moderna.

Samuel Rojas triunfó frente a Enrique Peñalosa en las pasadas elecciones capitalinas porque prometió construir el metro. Eso está muy bien. La mayoría de bogotanos queremos el metro, sin duda, y más allá de consideraciones partidistas, ideológicas y/o políticas. Pero que al alcalde lo hayan elegido porque prometió hacer el metro es una cosa, y otra muy distinta es que descuide de manera tan negligente la vida, bienes y honra de sus gobernados. Ya es hora de que Samuel Moreno Rojas tome posesión de su cargo. Menos cháchara y más acción por favor. Los bogotanos exigimos respeto. THL

Imágenes de las Websites de la Biblioteca Luis Ángel Arango y de la Alcaldía Mayor de Bogotá.

ACTUALIZACIÓN 5 DE ENERO DE 2009:
EL TIEMPO - Columna de opinión de Mauricio Vargas: La oscuridad de la doctora Clara - "Entristece e indigna la tragedia que acabó con la vida del joven estudiante de periodismo Juan Pablo Arenas, asesinado en la calle 85 con 15, en la 'Zona Rosa' de Bogotá el 31 de diciembre.(..).Y a todas estas, ¿dónde estaba la flamante secretaria de Gobierno, Clara López? Dedicada al autobombo en una página web que promueve su figura como estrella del gabinete del alcalde Samuel Moreno, la funcionaria que tiene a su cargo la seguridad de la capital nunca dijo esta boca es mía ante el creciente problema de estas 'ollas' que proliferan lo mismo en la 'Zona Rosa' que en Chapinero, en el sur, en el norte, en el occidente. De hecho, tras el asesinato del joven, la mediática secretaria no aparece por ningún lado. Como el avestruz, parece que enterró su cabeza en la arena."
EL ESPECTADOR - ¿Pasó el año Samuel Moreno?: "Sin lugar a dudas, la movilidad fue el talón de Aquiles del gobierno local. Los problemas en el tráfico de la ciudad, la incertidumbre sobre los proyectos que guiarán este tema y el colapso que tuvo el sistema de semaforización en el mes de octubre, generaron un caos que terminó con la intempestiva salida del Secretario de esta cartera, Luis Bernardo Villegas.(..).Alrededor de los números también hubo polémica. Una encuesta presentada por la Cámara de Comercio a mitad de año, demostró que la percepción de inseguridad en la capital había aumentado, pasando de un 34% a un 39%, la victimización había subido de un 29% a un 31%, y que el hurto a personas es el delito más frecuente (70% de los bogotanos ha sido robados)."
CARACOL RADIO - Lo bueno y lo malo del primer año de gestión de Samuel Moreno: "El primer año de gestión de Samuel Moreno como alcalde de Bogotá estuvo pasado por críticas, especialmente, relacionadas con temas de seguridad y movilidad. Sin embargo, hubo logros que no se percibieron del todo entre los ciudadanos, pero que le sumaron puntos al trabajo del mandatario, a juicio de algunos concejales.(..).En materia de seguridad, Samuel Moreno soportó fuertes cuestionamientos por la frecuente explosión de artefactos desde el mes de junio cerca a algunos establecimientos comerciales, en la estación de Policía de Suba, en dos almacenes Carrefour y dentro de varias busetas, casi de forma simultánea en dos oportunidades."

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