“La dictadura, devoción fetichista por un hombre, es una cosa efímera, un estado de la sociedad en el que no puede expresarse los propios pensamientos, en el que los hijos denuncian a sus padres a la policía; un estado semejante no puede durar mucho tiempo.”Diecisiete policías discapacitados, la mayoría de ellos con amputaciones de una o ambas extremidades inferiores, como consecuencia de enfrentamientos con bandas criminales como la guerrilla de las FARC, hicieron rodar sus sillas de ruedas a puro pulso durante varias semanas a través de los sinuosos trayectos de las carreteras nacionales, hasta completar un camino de 530 km. Lo hicieron para clamar por la libertad de sus compañeros secuestrados. A esta hora son recibidos como héroes en la capital colombiana por las muchedumbres en la calle, aglomeradas alrededor de la Avenida El Dorado, junto al monumento de los Héroes Caídos en Combate, donde recibirán honores militares.
Winston Churchill
En una coincidencia irónica, en este mismo instante estos héroes le han robado el protagonismo al presidente Hugo Chávez de Venezuela por sus gestiones humanitarias en la liberación de cuatro ex congresistas colombianos, que estaban en poder de las FARC, y fueron liberados el día de hoy precisamente. Una de las liberadas fue Gloria Polanco, una mujer con una historia familiar muy trágica. A dos de sus tres hijos los secuestraron en el 2001 las FARC. Luego fueron liberados sus hijos, pero al no poder pagar el monto monetario exigido por la guerrilla a cambio de su liberación, el ex senador Jaime Lozada, marido y padre de los anteriores, fue asesinado como retaliación, y ella fue secuestrada.
El día de hoy la cadena TELESUR –uno de muchos medios al servicio del gobierno venezolano-, transmitía las imágenes en que los guerrilleros le daban flores a Gloria Polanco, que “para que se las llevara a la tumba de su marido”. Luego siguieron en el libreto las imágenes de la ex congresista en cuestión, con un claro Síndrome de Estocolmo dizque agradeciendo entonces el gesto “humanitario y gallardo” -en otras palabras- de sus victimarios. Simultáneamente el ministro venezolano Ramón Rodríguez Chacín y sus colaboradores una vez más refiriéndose a los captores terroristas como “camaradas”, al igual que el día en que fue liberada Clara Rojas, la madre de Emanuel, un niño de historia milagrosa, nacido en cautiverio.
Y por supuesto, una vez más la guerrilla exige despejar Florida y Pradera para liberar a los casi ochocientos secuestrados restantes aún en su poder. A pesar de las extremas condiciones, no todos los rehenes ni sus familiares han caído en el facilismo de proponer que se le otorguen a la guerrilla todas sus exigencias. A esta hora habla Luis Eladio Pérez, uno de los secuestrados liberados hoy en CARACOL RADIO, sobre su actitud de no mirar a las cámaras ni hablar para no colaborarle a la guerrilla en la elaboración de pruebas de supervivencia. Según sus propias palabras, la “práctica asquerosa” de la guerrilla de negociar con el dolor de las familias, y aún tratándose de la suya propia, es intolerable. También relata que la mundialmente famosa secuestrada ciudadana colombo-francesa, Ingrid Betancourt, es objeto de tortura psicológica y sistemática por parte de sus captores.
Para finalizar, un reducido sector de la sociedad colombiana convoca a unas marchas para el próximo 6 de marzo, bajo el supuesto de protestar contra los innegables crímenes de lesa humanidad perpetuados por los paramilitares y otros agentes paraestatales. Esta marcha sí cuenta con el apoyo irrestricto del Polo Democrático Alternativo, partido de izquierda colombiano, en contraposición a la multitudinaria y mundial marcha del 4 de febrero pasado en contra de las FARC, donde este partido se negó a condenar específicamente a esta guerrilla, porque se trataba de una “marcha del odio”, según ellos. Defensores de esta iniciativa alegan, entre otras cosas, que no participar de la misma sería avalar los crímenes cometidos en el pasado por este sector de la ultraderecha, y hasta se toman el atrevimiento de tildar de “doble moral” a todos los colombianos que no quieren participar o apoyar esta marcha, en cambio.
La gran mayoría de colombianos, sin embargo, piensan que si bien los crímenes de unos y otros son igualmente condenables y merecen escarnio público, que dicha marcha tiene una agenda oculta. La agenda de presionar al estado por el despeje de Florida y Pradera precisamente, y poner a la guerrilla de las FARC al mismo nivel ético y moral al de las instituciones del estado, y en especial a sus fuerzas armadas, que con mucho sacrificio han reestablecido en gran parte el orden y la seguridad nacional, llevando a la guerrilla a un repliegue táctico estratégico. Por eso, si bien es cierto que los graves crímenes de las autodefensas que se han acogido a la Ley de Justicia y Paz –a la cual también se han sometido guerrilleros desmovilizados- , así como otros gravísimos crímenes como el de la matanza de Jamundí, merecen ser sometidos a todo el rigor de la ley, tampoco deja de ser cierto que esta marcha, a diferencia a la de febrero, tiene una agenda política e ideológica inaceptable.
Por eso estos millones de colombianos que provenimos tanto del interior del país como del exterior, seguiremos los informes de la marcha desde las pantallas de los televisores, o por la radio, si acaso. Seguiremos orando por todos los desaparecidos y víctimas de la violencia, y por los demás secuestrados, sin distinciones ideológicas ni políticas, y sabiendo que ni los defensores de la guerrilla, ni los defensores de las autodefensas, son quienes para decirnos que está bien o que está mal, o cuándo marchar o cuándo no hacerlo, o cómo debe opinarse o cómo no debe hacerse. La mayoría de colombianos sabemos de historia, porque ya la hemos vivido en carne propia.
Y es que hasta los desmovilizados de la guerrilla claman contra estas prácticas chantajistas y vejámenes inmorales de sus ex jefes terroristas. Por eso, a diferencia de la marcha del 4 de febrero que fue apoyada sin atenuantes ni reservas por parte de este blog del OIMC, y con todo el dolor del alma por algunos de los dolientes que clamarán ese día por la justicia para con sus familiares, muchos colombianos no podremos avalar una marcha a favor del expansionismo chavista, o a favor de la beligerancia nicaragüense, o lo que es más grave, a favor de sus secuaces "beligerantes". ¡Mamola!