jueves, septiembre 25, 2008

Si yo fuera gringo (Editorial)

700.000 mil veces por un 1.000.000 de dólares. Es mucho dinero. Es el costo de “salvar la economía estadounidense” para unos, o el costo de “salvar bancos” para otros. Un banco es una empresa. Puede ser de capital privado, estatal o mixto. En este caso estamos hablando de salvar del descalabro financiero empresas de capital privado -principalmente-, con la disculpa de que de no hacerlo, se afectará toda la economía. El programa espacial Apolo que llevó al hombre a la luna, y que no pudo implementarse en su totalidad porque el congreso de ese entonces dijo que el presupuesto era demasiado ambicioso, le costó a los contribuyentes norteamericanos unos 135.000 millones de dólares de hoy.

Es decir, que con el dinero del descalabro financiero podrían financiarse cinco programas Apolo. Pero como el costo mayor estuvo en desarrollar las tecnologías, más que en construir cohetes y equipos, con este dinero, fácilmente los Estados Unidos ya hubieran podido llegar al planeta Marte. Pero más importante, si quisieran, podrían hacer una “rifa nacional” entre las familias más pobres de Estados Unidos, y escoger a 7.000.000 familias, y regalarle a cada una cien mil dólares. O darle 200.000 a cada uno de los 3.5 millones de indigentes abandonados por el estado. Probablemente también podría evitarse la expropiación por no pago de hipotecas de millones de hogares.

Porque en Estados Unidos hay gente más vaciada que muchos latinoamericanos. Y no todos son “afroamericanos”, ni “latinos”, ni mucho menos “ilegales”. Familias sin casa, sin medios para brindarle educación a sus hijos, y pasando hambre. Si yo fuera gringo, estuviera vaciado, encima tuviera que pagar impuestos, quizás desempleado o con un trabajo mal pago, sin mayores perspectivas para mejorar mi futuro académico y/o económico, y tuviera que ver como unos ladrones de “cuello blanco” que lo tienen todo, que viven mejor que uno, y hasta lo “miran por encima del hombro”, reciben ese dinero de mis impuestos para evitar su propia quiebra, entonces como muchos compatriotas míos estaría muy pero muy “emputation” –puto, cabreado, colérico, histérico, furioso-.

A eso agréguenle huracanes, ciclones, amenazas terroristas, drogadicción, desempleo, violencia callejera, discriminación, y por si fuera poco, ser ciudadano del país más impopular del planeta. Ser gringo no es nada fácil por estos días. Si yo fuera un gringo de esos que su país sólo lo tiene en cuenta en épocas de elecciones, y la cosa siguiera así como va, me iría en una balsa para Colombia. No es que ninguno de estos males no exista también por estos lados, pero por lo menos vive uno más sabroso -bueno, si lo dejan-. Al fin y al cabo, ser un latinoamericano pobre en apuros no es la excepción, es la regla. Y sobrevivir a la corrupción y a la desigualdad, es deporte nacional. THL

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente apreciación, mi querido Thilo, pero ¿tendrán los gringos de a pie esta manera de enfocar las cosas? Creo que tú eres más inteligente del promedio gringo, ese que vive en carromatos estacionados en sitios aprobados por la municipalidad para hacerlo, que bebe cerveza como bestia, usa casco y hace carreras de carros que dan vueltas infinitamente en una jaula circular. Ese gringo promedio no se da cuenta de la enorme verdad que dices al comienzo, de ¿por qué tienen todos que salir a ayudar (alcahuetear) a los mediocres financistas, con el argumento de que la economía se irá a pique?
En plata blanca, esa gente, los especuladores, los que esclavizan a los empleados con sus tasas de interés onerosas para la compra de vivienda o bienes domésticos (así sean futiles), esa gente es la que entorpece el desarrollo de la economía y la sociedad, frena al emprendedor, cierra las puertas de las universidades para los jóvenes con ganas de superación, pone en quiebra a las empresas que generan empleo.
Esos señores, olorosos a perfumes caros, con claveles en el ojal, ridículamente ajenos a la realidad cotidiana de un ser humano, son los que sobran en la construcción de sociedades más justas, dignas y libres.
Abrazo.

EDITOR GENERAL (THL) dijo...

Hola Julio: Pues a riesgo de que mi comentario suene a "mutuo elogio", tu comentario es también sumamente atinado y certero, así como to post Con los pantalones bien puestos, claro está. Nos quedamos cortos eso sí, porque leyendo el último párrafo de tu comentario poético: "Esos señores, olorosos a perfumes caros, con claveles en el ojal, ridículamente ajenos a la realidad cotidiana de un ser humano, son los que sobran en la construcción de sociedades más justas, dignas y libres."; pensaba en como las nuevas dictaduras neocomunistas emergentes en Ecuador, Nicaragua y Venezuela, se aprovechan de este tipo de coyunturas y errores políticos, para tratar de legitimar moralmente proyectos políticos y económicos megalomaníacos, recortando más la libre empresa, y lo que es más grave aún, la libertad de expresión. Y de paso justificando también las agresiones de sus gobiernos contra nuestra patria.
Para ponerlo en términos literarios, "Pareciera que Macondo no es un pueblo de América, sino que América toda es un Macondo". Un abrazo, THL.

Felipe Chávez G. dijo...

Si la memoria no me falla, cuando sucediò el terremoto de la zona cafetera, aquì se inventaron el impuesto del 3X1000 a las transacciones bancarias, despuès los de la tragedia fueron los banqueros, quienes nuncan "socializan" sus ganancias, pero sì tuvimos nosotros que "socializar" sus pèrdidas y ayudarlos, despuès el bendito impuesto se subiò al 4X1000 y dejò de ser temporal, solo que no recuero para què usan ahora esa platica...

por allà llueve...

EDITOR GENERAL (THL) dijo...

Felipe: Más claro no canta un gallo...., yo ya ni me acordaba del impuestico ese, que es además inconstitucional, si no estoy mal.... Saludos