domingo, octubre 28, 2007

Votar o no votar, he ahí la cuestión (Editorial)

Empezaré por algo irrelevante: el otro día recibimos una llamada automatizada, con una voz pregrabada, invitando a votar por William Vinasco, el controvertido comentarista deportivo, ahora candidato a la Alcaldía de Bogotá en las elecciones del día de hoy. No me gusta la publicidad en general. No me gusta que llamen a la casa desconocidos, así sea una computadora, ni mucho menos para una publicidad política, venga de donde venga. Desconozco si tal estrategia electoral es efectiva con otro tipo de personas. Para decirlo claro: se trata de spam telefónico, es decir, basura electrónica.

Si hubo algún gran acierto en la pésima administración del ex presidente colombiano César Gaviria Trujillo, ese fue el tarjetón electoral, aunque Gaviria nunca fue un digno sucesor del caudillo liberal Luis Carlos Galán Sarmiento. La basura de los voticos por toneladas, el lamentable espectáculo de harina y huevos para "celebrar la democracia", junto a otros desafueros carnavalescos e indignos de unas elecciones de una nación, afortunadamente son cosa del pasado. Y se redujeron las posibilidades de alterar ilegalmente el resultado de unas elecciones drásticamente, aunque aún hay graves denuncias en ese sentido. Pero el país ha mejorado mucho en sus sistemas electorales.

Hoy por hoy, para hacer trampa en las elecciones, se acuden a métodos más modernos y sutiles, como la imagenología, y con frecuencia también la guerra sucia mediante el desprestigio moral del candidato opositor, de acuerdo a veladas y mutuas denuncias de los dos candidatos más opcionados. De esta manera, muchas veces las campañas se enfocan más en demostrar por qué el otro candidato no es idóneo para ocupar el cargo, en vez de enfocarse en sus propias virtudes para justificar la aspiración política de cada uno. Nada novedoso. También se presta mucha atención al "cómo se dice", incluso por encima del "qué se dice". Y por supuesto, la eterna fórmula de hacer promesas destinadas al fracaso.

No soy publicista, pero estoy seguro de que la campaña de Samuel Moreno estuvo mucho mejor financiada y asesorada que la del ex alcalde Enrique Peñalosa. Pero además no tuvo desertores, a diferencia de la campaña de Peñalosa, quien a pesar de ser un candidato oficialmente independiente, recibió un supuesto respaldo de la mayoría de políticos colombianos, hasta de las huestes oficialistas del Partido Liberal -opositor del gobierno central-, además de los uribistas, claro está. Pero el respaldo fue deficiente, y muchos políticos se voltearon a favor de Moreno con el transcurrir de las encuestas. Además Peñalosa cometió el error estratégico y fatal de creerse campeón por anticipado, llegando al extremo de negarse a participar en debates con candidatos sin opciones reales de llegar al poder para "no perder tiempo". Los medios en ese momento lo presentaron como un candidato engreído, elitista y poco democrático. Y las encuestas electorales empezaron a favorecer a Moreno.

Luego Samuel Moreno también la embarra. Promete hacer el metro en Bogotá. Debo decir, que siempre he creído que Bogotá necesita un metro, y que tal decisión por sí misma no es errada. Lo errado es no poder decir con claridad, cómo se financiaría ese sistema de transporte. El gobierno central dice que no hay plata para eso. Moreno podría haber demostrado liderazgo, y quizás enfocar el debate en que el gobierno central debería destinar más recursos económicos a la capital, como se hizo en su momento cuando se construyó el metro de la ciudad de Medellín. Pero eso hubiera implicado discutir con el gobierno, debatir, desgastar su imagen ganadora. Después de todo, la indecisión con respecto a quién debería ser el próximo alcalde, no afecta la popularidad del presidente colombiano, pero a él sí. A esta hora no existe una sola propuesta realista al respecto de cómo se va a pagar el metro por parte de Moreno. Por cierto, pareciera que todos los debates se centraron en si metro sí, o metro no, aunque hay otros aspectos tanto o más importantes.

Esa innegable verdad fue tomada por parte de Peñalosa como su "caballito de pelea". Tamaña equivocación. No porque no sea cierto, sino porque Peñalosa dio la impresión al público de que evitaba dar explicaciones sobre las tremendas y graves fallas de su propio sistema de buses articulados bogotano llamado Transmilenio. A la mayoría de bogotanos nos encantaba este transporte, en sus inicios, cuando no era una lata de sardinas. Cuando no había atracos. Cuando no había que esperar incluso por horas, que llegara un maloliente bus. El sistema colapsó, y Peñalosa no dio explicaciones al respecto. Moreno hubiera podido utilizar este hecho a su favor en los debates, pero casi no lo hizo. ¿Por qué? Cuestión de psicología publicitaria. Los electores perciben como persona negativa a quien ataca constantemente, y Moreno es un hábil interlocutor y lo puso a funcionar a su favor. Dicho fenómeno se registró en todos los debates. Y la verdad sea dicha, Peñalosa no hizo una sola promesa de campaña que sonara atractiva. Si su intención era no hacer falsas promesas, en realidad dio la impresión de que el suyo sería un gobierno estable, que quizás mejoraría la infraestructura ya existente, pero sin cambios positivos sustanciales. Proyectó una imagen de pesimismo realista, y Moreno en cambio proyectó una imagen de positivismo surrealista.

Ahora bien. Si uno leyera las propuestas de gobierno de uno y otro, sin duda alguna la de Peñalosa es más elaborada y está mejor estructurada. Mucho mejor. Y sin embargo, aunque éste, el llamado "plan de gobierno", debiera ser el criterio principal para elegir, y no la forma de sonreír, o la habilidad para el discurso, casi nadie se fija en eso, ni en Washington DC (USA) ni en Pitalito (Huila-Colombia). Siendo así el carisma una cualidad de la que Peñalosa carece por completo. ¿Y quién(es) lee(mos) las propuestas concretas? O mejor dicho, ¿qué porcentaje de electores deciden su voto por el plan de gobierno, y cuántos por sus impresiones mediáticas al ver a los candidatos enfrentados en TV? Con toda seguridad, al menos el 90% que vota, se basa en esos debates televisivos. El 10% restante de acuerdo a su filiación ideológica (izquierda o derecha), y estuvo. Por eso la mayoría de los electores que llevaron al poder al actual presidente de Colombia, Álvaro Uribe Vélez -un estadista de derecha-, son los mismos que eligieron a Luis Eduardo Garzón, el actual alcalde de Bogotá -de izquierda-.

Los uribistas asumen erradamente, que los múltiples guiños presidenciales favoreciendo a Peñalosa podrían asegurarles el poder en Bogotá y otras regiones. Y el partido del Polo Democrático -de izquierda-, cree que si sus políticos renuevan su estancia en el poder en la capital el día de hoy, llegarán al poder presidencial en el 2010. ¡Bájense de esa nube! De cualquier manera, en un país hastiado por la guerra y la violencia de la guerrilla, y demás grupos armados ilegales, algo de optimismo para sus habitantes no viene mal. Es importante hacerle saber y sentir al ciudadano, que es posible tener un mejor futuro. Que las proyecciones macroeconómicas de crecimiento continuo, no son sólo para el beneficio de las clases sociales más privilegiadas, a la vez que crear riqueza de manera honesta, crear un capital propio sin delinquir, y prosperar sin tener que emigrar a otro país, no es una utopía.

La mayoría de bogotanos consideran innegable que Enrique Peñalosa fue un muy buen alcalde, a pesar de todo. Yo me encuentro entre ellos. Pero sus propuestas para este periodo específicamente fueron muy pobres y austeras, y no fue honesto ni frentero a la hora de admitir y explicar los fracasos multimillonarios de sus losas de cemento defectuosas en las vías de su sistema de transporte, y dijo burradas como las de que los metros no eran sistemas efectivos de transporte, por lo que en el mundo entero estaban "copiando su gran idea" de los buses articulados con carriles exclusivos. Mejor dicho, habitantes de Nueva York, Berlin, París, Londres, Moscú: tumben esa porquería de trenes subterráneos, y pongan buses rojos en la Plaza Roja de Moscú, en los Campos Elíseos de París, en Trafalgar Square en Londres, en Manhattan... ¡Ah! Y no se les olviden las ciclorrutas pegadas a los paraderos. Preferiblemente que pasen a medio metro de las boutiques de 5th Avenue y de la Bolsa de Nueva York, para "embellecer la ciudad" *.

Las ideas de Enrique Peñalosa: pesimistas, aburridas, y casi desesperanzadoras. Samuel Moreno en cambio nos prometió el "oro y el morro", pensando que quizás pueda evadir el juicio de la historia, cuando muchas de sus promesas se queden en el tintero -otra razón por la que el Polo no llegará al poder en el 2010-. Bien podría hundir Moreno a su partido en el desprestigio total, a no ser que contraten más asesores publicitarios. Porque los de Peñalosa si que eran pésimos, hay que decirlo. Aún así, los bogotanos eligirán a Samuel Moreno como alcalde, ténganlo por seguro. Y no me atrevo a juzgarlos por eso, pues como ya decía, la gente necesita soñar con un futuro mejor, y no con la idea de que todo va a seguir igual, incluyendo esa inmundicia de sistema de transporte capitalino, que ya colpasó, aunque Peñalosa pretenda lo contrario. Y a pesar de que el ex alcalde de origen lituano, Antanas Mockus, diga que aún hay "tiempo de arrepentirse".

Por mi parte votaré por el que considero es el único candidato digno, en mi humilde opinión. No hace falsas promesas, pero tampoco nos arranca la esperanza, y es lo suficientemente elegante para no mandar basura electrónica a mi casa. Se trata de Antonio Galán, ese sí un hombre digno del apellido de su hermano Luis Carlos Galán, y de su herencia política. Despreciado o ignorado por los medios "más serios", por Peñalosa, por su propio partido -liberal-, tiene una impecable hoja de vida como servidor público. Pero no va a ganar, porque no promete lo que no puede cumplir, ni da tajada. Es impopular, como la mayoría de hombres y mujeres honestos del país. Pero no permitiré que alguien me diga -con razón-, que "con qué derecho desprotico de Moreno o Peñalosa, si no fui a votar". Me reservo el derecho moral a criticarlos hasta el cansancio. Y para eso no queda otra salida que ir a votar. He ahí la respuesta a mi cuestión.

*En estas ciudades el sistema de buses (articulados o no), tranvías y demás alimenta al sistema del metro, de ahí el término "sistema integrado de transporte".

ACTUALIZACIÓN 15+15: A 45 minutos de cerrarse las mesas de votación, un inclemente aguacero acompañado por tormentas eléctricas podría elevar el abstencionismo. En el puesto de votación de EL NOGAL (norte de Bogotá) hubo un afluencia normal del público durante un breve periodo de media hora durante el cual escampó. A esta hora llueve fuertemente de nuevo. Y según reportes del periódico EL TIEMPO y también de la revista SEMANA, la situación es similar en toda la región central andina de Colombia.

ACTUALIZACIÓN 17+00: Va ganando Moreno con un 50% más de votos que Peñalosa, aproximadamente. Pueden consultar los resultados en línea y tiempo real en la página de la REGISTRADURÍA NACIONAL, cuyos datos se actualizan automáticamente minuto a minuto. La tendencia se mantiene ya en varios boletines. 30,95% mesas escrutadas a las 17+00. SAMUEL MORENO ROJAS (POLO DEMOCRÁTICO ALTERNATIVO) con 234,846 votos; 42.10%; ENRIQUE PEÑALOSA LONDOÑO (PEÑALOSA ALCALDE) con 165,634 votos; 29.69%. Excelente el trabajo de las autoridades electorales, así como el de la fuerza pública a cargo de garantizar la paz en estas elecciones.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Opino todo lo contrario: el manejo de medios de Moreno me pareció increíblemente chambón, incluyendo eso de ponerle 200 manillitas rosconas -que esta misma noche cortará con tijeras- para que parezca un adolescente, mientras que la de Peñalosa me parece una campaña de medios, muy bien manipulados por su parte, por cierto. Luego del debate del viernes me quedó muy claro que peñalosa será lo que sea pero sabe de lo que habla y conoce la ciudad, y que Samuel es un tarado.

También difiero de su gusto por ese parásito charlatán y politiquero que se ha alimentado de la imágen de su difunto hermano por décadas. Yo iba a votar por Flórez, porque es la mejor opción. Sin embargo dadas las circunstancias votaré en contra del bobalicón del Samuel, solo por no sentirme culpable si ganase por un voto. Aunque según parece es un palo de ciego, aunque ojalá fuera granito de arena.

Felipe Chávez G. dijo...

Estoy de acuerdo son su análisis, esos fueron los perfiles mediáticos y sin hacer referencia a la pregunta sofística de Mockus en el debate por tv...

yo en cambio soy del 10% que por filiación ideológica acompaña a Samuel... curiosamente no puedo votar porque me encuentro en villavicencio, espero que eso no me quite la "estatura moral" para poder criticar, así sea al polo...

EDITOR GENERAL (THL) dijo...

Hola Patton: Primero que todo gracias por aclarar lo del estatus de hermano entre los Galán, yo había escrito dizque "primo". Nunca pensé llegar a escucharlo opinar de política nacional..., chévere.
Bueno, para serle franco, por eso decía lo del programa de gobierno y demás (mucho más realista el de Peñalosa). Pero lo de las manillitas en forma de rosquillas (gracias por la anécdota, aún me estoy riendo) le llega más a la gente, por eso decía lo del "pesimismo realista de Peñalosa", y lo del "positivismo surrealista de Moreno". La gente interpreta esos símbolos como "mayor cercanía", y crean identidad con el candidato. Cuestión de mercadeo político, que insisto, es lo que explicaría una eventual victoria de Moreno. Porque al menos, creo que estamos de acuerdo en esto: su eventual victoria no se cimentaría en su programa de gobierno, ¿o sí? Muchas gracias por comentar. SALUDOS.
PD Evidentemente Antonio Galán no le gusta ni poquitos. Respeto su opinión, aunque tampoco la comparto para nada en este sentido.

Hola Felipe: Villavicencio, apenas medio conocí esa ciudad muy por encimita el año pasado, pero es bellísima. Y me encantaron la carretera y los paisajes. En cuanto a la pregunta de Mockus: iba cargada de veneno mediático, sin duda. Y no vimos esa clase de preguntas para los demás candidatos. Pero no había que ser un genio para contestar bien. La pregunta era elemental. De hecho de haberla contestado bien, Moreno hubiera podido ganar puntos poniendo en evidencia la ambigüedad y contradicción de la lógica de Mockus, al formular tan contradictoria cuestión, muy pobre su participación, viniendo de un filósofo que anunciaba que nos iba enseñar a votar bien. Y ahí si que estuvo como "bobalicón" Moreno, como dice Patton. Sobre la "estatura moral" porque no pudo votar, no hombre, si físicamente no se puede votar, es otra cosa, opino yo. Pero en mi caso no hay disculpa, con el puesto de elecciones a cuadra y media de mi casa, sería injustificable. Gracias por comentar, y ojalá se tome unas fotos bien bacanas de los Llanos. SALUDOS.

Anónimo dijo...

Yo no soy amigo de Peñalosa por los errores como poner cientos de bolardos en la caracas para tumbarlos 4 meses después cuando se empezó a construirse transmilenio. Luego llego la propuesta del metro y yo pensé si construyen mal transmilenio como construirán un metro. Luego se conoció que el metro no se podía realizar Moreno insistía en que si se podía realizar, por esto perdió mi apoyo Moreno.

Menos mal a mi no me llamaron se imaginan uno en el baño ocupándose de lo suyo y que suene el teléfono, tener que dejar la tarea a medio acabar por salir corriendo a contestar y sea una computadora con publicidad, eso da tanta piedra que lo que haría es hacerlo perder votos.

EDITOR GENERAL (THL) dijo...

Hola anónimo: Creo que usted y yo sufrimos más o menos el mismo proceso de desencanto con los candidatos. Y lo de Vinasco, pues fue una campaña manejada al estilo de un tour musical del Show de las estrellas. Sólo faltó la gallina Knorr y el coro de Chocoramo...
Gracias por su comentario.

Oyerista dijo...

Thilo, le cuento que por momentos me llamó la atención el nivel de detalle, que reflejaba cierto conocimiento de algunas de las propuestas de Galán, por ejemplo en generación de empleo que es un problema serio y que tuvo poco cubrimiento, por el desafortunado desvío de los temas importantes que se produjo en los medios, sin embargo alguien me hizo recordar la foto famosa de Galán saliendo en hombros del sindicato de la ETB y eso me hizo pensar en otra forma de populismo. Por los comentarios que hay en este y otros blogs, se puede apreciar que esa costumbre de votar "contra" (el nieto del general, los abusos del presidente, la indecisión de Peñalosa) pesó bastante en la elección. Con el resultado de alguna manera se conformó un contrapeso a la concentración excesiva de poder en Uribe, eso paradójicamente concentra gran parte de la responsabilidad en la capacidad del PDA para hacer una oposición inteligente y constructiva, pues como se ha visto estos días Uribe se puede dar el lujo de quitarle la presión a las grietas de su coalición con comentarios que ponen a hablar a todo el mundo y de paso rotula como hecatombe la posibilidad del PDA en el poder. Por otra parte me parece interesante su propuesta de observar los medios desde nuestros ojos de ciudadanos, igualmente encuentro de interés los textos sobre medio ambiente que publica.

EDITOR GENERAL (THL) dijo...

Hola Oyerista: La teoría del equilibrio de poderes siempre me ha gustado, y sin duda alguna aplica en este caso. Me gustaría que continuara así, pero sin tantos enfrentamientos inútiles desviando la agenda del congreso hacía estúpidas pugnas y pérdida de tiempo legislativo. Y el pueblo les paga por eso. Ojalá en Colombia podamos llegar algún día a la fórmula partidista del "dos y medio", es decir dos partidos fuertes y uno no tanto, pero con el poder de hacer alianzas políticas desequilibrantes, algo así como la SPD (socialdemócrata), la CDU (cristianodemócrata) y el partido de los verdes de Alemania (antes de la gran coalición actual). Lo de Antonio Galán, bueno tampoco lo conozco tanto, ni personalmente, como para meter las manos al fuego por él. Pero fue un muy buen concejal, y su hoja de vida no tiene manchas, despues de varios años. Un logro, en este país. Lo de la ETB, la descripción de la escena que hace me parece sacada de un libro, y su simbolismo estético sin duda es la de un populista. Sin entrar a defender tácitamente, o justificar, supongo que todo político con aspiraciones tiene que saberle llegar a la gente, es decir, ser populista efectivamente. Con tal de que sea buen administrador público, personalmente no le veo problema. Mockus por ejemplo me caía bien hasta lo de la "trampita de bobito" para Samuel, porque el también tiene su método didáctico-pedagógico para llegarle a la gente, y lograr un objetivo político a posteriori. Es un "populismo disfrazado de praxis política para la concientización de las masas", de un político que pretendía proyectar la imagen de ser neutral ante las ideologías. Al final no resistió la tentación de hacer un guiño, directo o indirecto -al igual que el presidente-, y pasó lo que pasó, y ha perdido la credibilidad y confianza del público, al menos de los que hacen reflexión crítica. ¿PDA en el máximo poder? Los veo aún inmaduros, con muchas divisiones internas. Personalmente no me gustaría. Los partidos de antaño, más caóticos y divididos, pueden darse ese lujo, porque la gente acepta por la historia que hay unos menos idóneos que otros para ejercer el poder, y que la corrupción es un evento "natural al poder", y por ende se trata de "elegir al menos peor", o al que no tenga nexos probados con la corrupción y/o el narcotráfico y la violencia. Esto es sobre el papel, claro está. Esta realidad pragmática no aplica al Polo, con varios de sus integrantes con un pasado guerrillero, difícil aún de remontar, y que genera mucha desconfianza a nivel nacional, en miras de unas elecciones presidenciales. Y aunque la guerra sucia ha sido francamente bilateral, me parece que aún le hace más daño a la izquierda que a la derecha. Más aún cuando casi se divide el Polo, porque Petro exigía algo tan elemental como rechazar "todas las formas de lucha", y específicamente los cobardes actos de la guerrilla contra la población civil. ¡Y tuvieron que reunirse para eso, y casi no logran ponerse de acuerdo! La disculpa era facilitar un futura negociación de paz, pero esa no fue la imagen que proyectaron al público en general. Dirán algunos, que hay políticos uribistas untados con los paramilitares. Cierto. Pero públicamente se "les rechaza y condena sistemáticamente", más allá de lo que suceda en la realidad. En política parecer es tanto o más importante que ser.
Ahora bien. Diferente escenario sería una coalición entre el Oficialismo Liberal y el Polo, esa sí podría funcionar. Un presidente liberal, un vice del polo, y un gabinete mixto. Y ahora, tras mi larguísimo contracomentario a su muy interesante comentario, hemos llegado a la situación hipotética que califican como "hecatombe" los uribistas...
Oyerista: un placer tenerlo por acá. SALUDOS.