viernes, abril 21, 2006
¿El fin de las Chicas Águila?
Machista o no, ¿quién de nosotros, los hombres, no ha soñado con ser el protagonista de uno de los comerciales de la famosa cerveza Águila, “Pásala fácil”? Y más aún, ¿cuántas cervezas no nos han inducido a consumir las chicas Águila al cimentar en nuestra conciencia la asociación indisoluble entre sexo erótico y el consumo de esta famosa bebida alcohólica?
Pues bien. Resulta que con la adquisición de BAVARIA, por parte de la multinacional SAB-MILLER, podría avecinarse todo un cambio en la estrategia publicitaria, que hasta hoy todavía nos induce a asociar la belleza erótica de las exóticas modelos en bikini con esta bebida fermentada.
Quizás algunos de ustedes hayan notado que la cerveza en Latinoamérica ha sido promocionada típicamente con publicidad dirigida a quienes gustamos de las mujeres, pero no al revés.
Hasta ahora, los hombres latinoamericanos hemos aspirado a poseer una de estas mujeres que supuestamente encarnan nuestro ideal de belleza popular. Y hasta cierto punto, las mujeres influidas por estos modelos de la belleza tratan de complacernos a los hombres y “evitan enfrentarse al poder masculino”.
Pero como dice una canción, “cambia…, todo cambia”. En teoría, SAB-MILLER no querrá entrar en conflicto con las mujeres que critican con justa razón el mito de la belleza que les pretende enseñar a valorarse de acuerdo a su capacidad para entablar relaciones con los hombres mediante su belleza como arma única. Es una teoría feminista, de reivindicación de la mujer como un ser que no vale por su belleza, sino “por lo de adentro”.
En teoría, claro está. Porque la verdadera razón es que este tipo de publicidad induce al consumo por parte de los hombres, pero no por parte de las mujeres. No se si lo habrán notado mis lectoras y lectores, pero cuando uno sale con sus amigas, o sus novias, o machuques, o amigovias, o amantes, o lo que sea, la primera opción de las mujeres no es la cerveza, al menos las colombianas. Adicionalmente, la cerveza preferida de ellas, si es que la consumen, son marcas como las mejicanas MODELO o CORONA.
Ante esta perspectiva, si SAB-MILLER quisiera aumentar su consumo entre las mujeres colombianas, tendrían que inventar a los “Chicos Águila”. Pero ello resultaría contraproductorio, por no decir desagradable, para la mayoría de nosotros los hombres. Y podría bajar el consumo.
Por ende SAB-MILLER, de acuerdo a fuentes no-fidedignas del OIMC, tendrá que cambiar la estrategia de vender la idea de la felicidad personal de las mujeres que radica en la belleza, y la de los hombres de poseer a una chica Águila o su equivalente.
Como si fuera poco, la cerveza engorda. Y las mujeres contemporáneas en su mayoría no quieren ser gordas. De nuevo, se contradice el efecto deseado del consumo femenino. Y los hombres también cada vez más tienden al ideal de vanidad del “extreme makeover”, lo que de nuevo nos lleva a la preferencia por otras bebidas alcohólicas.
En conclusión, el mito de la belleza no es rentable para la industria cervecera. Llegará el día en que también deje de serlo para la presentación de noticias, para actuar en una película, y quizás hasta en las telenovelas. La tendencia es a rechazar lo que no se puede ser, o tener, y ya no seguirá siendo, aspirar a ser o tener, lo que no se puede. Al menos en lo básico. Aunque muchos amantes de lo “clásico”, y renuentes al cambio, seguiremos deseando “pasarla fácil”, con una chica Águila…, preferiblemente.
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2 comentarios:
maldita sea.. lo único bueno que tenía la águila.
Acá e España el actor Eduardo Noriega muestra el culo para promocionar la tónica Schewepps entre... , la verdad, entre una fauna multisexual ja, ja, ja...
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