No hay palabras, ni elocuencia suficiente para describir el gran triunfo moral que representa la liberación hoy de quince secuestrados, entre ellos tres norteamericanos y la famosa Ingrid Betancourt. La alegría que embarga al país entero, no por el evidente triunfo de un gobierno, o el triunfo de la seguridad democrática a pesar de los brutales embates mediáticos del liberalismo oficialista o de la izquierda en contra de esta política, sino por la victoria de la dignidad humana, y también de la inteligencia y heroismo de las fuerzas armadas colombianas que engañaron a la guerrilla de las Farc en una espectacular operación encubierta, es indescriptible.
Pero no hay felicidad completa, hasta que todos los secuestrados sean liberados, y es que son varios cientos. Y es que, peor aún, las madres y familiares de los policías y civiles que aún permanecen en cautiverio, están muy angustiados por la posibilidad de una retaliación cobarde contra sus seres queridos. No debemos olvidarnos de quienes quedaron atrás, sus vidas valen tanto como cualquier otra, aunque para los grandes medios y los países europeos la Betancourt tenga una inexplicable prelación. ¡Colombia le exige a las Farc que libere a todos los secuestrados!
Los liberados son: tres contratistas estadounidenses: Keith Stansell, Thomas Howen y Mark Gonzalve; la ex senadora Ingrid Betancourt; y los siguientes integrantes de las fuerzas armadas: Teniente Juan Carlos Bermeo, Subteniente Raimundo Malagón, Sargento Segundo José Ricardo Marulanda, Cabo Primero William Pérez, Sargento Segundo Erasmo Romero, Cabo Primero José Miguel Arteaga, Cabo Primero Armando Flórez, Cabo Primero Julio Buitrago, Subteniente Armando Castellanos, Subteniente Vianey Rodríguez y Cabo Primero Jhon Jairo Durán.
El clamor por la libertad de los demás secuestrados se mantiene. Colombia no claudicará en esta causa.
miércoles, julio 02, 2008
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
5 comentarios:
....NO HAY PALABRAS PARA DESCRIBIR LA EMOCIÓN NACIONAL DE ESTE MOMENTO.....E INTERNACIONAL....HE TENIDO LA OPORTUNIDAD DE HABLAR CON PERSONAS EN CANADA, ITALIA, ALEMANIA, ARGENTINA, VENEZUELA......URIBISTAS, ANTIURIBISTAS, ANARQUICOS Y RADICALISTAS.....TODOS RESALTAMOS COMO TU LA DIGNIDAD HUMANA QUE AHORA ESTÁ POR ENCIMA DE CUALQUIER OTRO ARGUMENTO.....
"Colombia no claudicará en esta causa".
Uno espera que la liberación de secuestrados sea un asunto personal de cada uno de los 46 millones de colombianos. Abrazo.
Eso es cierto, Thilo, la liberación de Ingrid ha llenado de alegría y emoción a gran parte del mundo, incluido los que no somos colombianos como una servidora. :)
Al fin y al cabo, es una victoria de la democracia contra los que imponen el temor a todo un país.
Un abrazo!
Aún me devano los sesos tras el título de la película en la que usan una estrategia muy similar... De momento sólo he dado con el antecedente literario: Veinte AÑos Después, de Alejandro Dumas; el rescate del Príncipe De Beaufort es muy similar.
De otro lado, ojo con las otras implicaciones: ¿qué va a pasar con los otros secuestrados ahora que la guerrilla SABE que está entre la espada y la pared, que ya no tiene confianza en ninguna ayuda externa, que ha visto caer su red de comunicaciones...?
Katia: Ojalá se den más triunfos de éstos, y que más adelante ya no sean necesarios estos triunfos porque todos estarán libres. Saludos.
Julio: Desgraciadamente una minúscula, pero muy poderosa fracción de esos 46 millones, o son los perpetradores de estos delitos, o son indiferentes, o aún creen en totalitarismos, y peor aún, encuentran eco a las justificaciones de sus infamias en los gobiernos de Nicaragua, Ecuador y Venezuela. De ahí que el no claudicar colombiano tenga aún los visos de una estoica lucha a todo nivel. Lo bueno es saber que no estamos solos, que estamos despertando, haciendo prevalecer la verdadera voluntad de la mayoría de un pueblo, bien sea desde un humilde blog, como tú o como yo, o muchos otros, o desde cualquier rincón de América Latina. Y no hemos claudicado. Un abrazo.
Chess: Pues muchos han manejado el asunto de Ingrid como el de un símbolo, y en esa medida los que padecemos el asunto más de cerca, bien sea porque somos colombianos, o bien sea porque vivimos el conflicto en carne propia, entendemos la prelación de ese símbolo en Europa, y bueno, en esa medida se les agradece a las personas sinceras y desinteresadas como tú que se alegran por el bienestar y la libertad de uno de los nuestros. Pero no nos olvidemos del resto de secuestrados de las Farc, menos célebres y más humildes, y que son unos setecientos. Lo otro es que la familia de Ingrid fue servil con la guerrilla, especialmente su madre, que no dudó en ponderar a la guerrilla y hacerle lobby a una senadora de baja ralea e inmoral como Piedad Córdoba, aliada de los terroristas, además de sus conecciones con ecuatorianos y venezolanos enemigos del estado colombiano. Ingrid ahora está tratando de borrar el efecto de las brutalidades de sus seguidores y familiares, pero hay quienes no olvidamos tan fácil. Un abrazo muy especial a mi gran amiga ibérica.
Mornatur: Usted lo ha dicho, y pues yo también expresaba el temor de las familias por retaliaciones con los secuestrados que aún permanecen con la guerrilla. Yo siempre hablo de unos 700 bajo las Farc, pero resulta además que hay más de cien en poder del ELN..., y la delincuencia común, podrían ser más de 2000. De ahí que posiblemente la estrategia antisecuestro tendrá que rediseñarse día a día, y si hubiere una sola razón válida para negociar una "paz digna" con los terroristas, y citando al ministro de defensa, sería la prelación de hacerle justicia al inocente, aunque ello implique que los cabecillas de los terroristas eludan su castigo en algún paraíso bolivariano, y se pierda la aplicación de la justicia al culpable. Con tal de que no insistan cínicamente en que lo llamen "acuerdo humanitario", que de humanitario no tiene nada, que sería negociación con delincuentes, con el único fin de salvar la vida de gente inocente, y que como producto de esa negociación se dearticule y acabe para siempre con la guerrilla, porque si no, no estaremos haciendo nada diferente a darles un respiro, y facilitar más secuestros y asesinatos futuros. La otra cosa que me preocupa es la alimentación y salud de los secuestrados, porque obviamente los terroristas no les darán sino migajas de sus escasos alimentos, si es que les dan, y de medicinas ni hablar. Muy pero muy dramática la situación. Una nueva marcha como la del 4 de marzo quizás ayude a presionar a estos individuos déspotas, y llamar la atención de la comunidad mundial sobre este hecho, para que presionemos una vez más a los cobardes insurgentes a devolver lo que no es suyo, la vida de los secuestrados. O al menos serviría para hacerles saber a los secuestrados que no están solos. Muchos saludos, y que bueno volver a tenerlo por acá.
PD Yo también estoy divagando, ¿dónde vi eso antes?
Publicar un comentario