viernes, diciembre 15, 2006

Entrevista a Laura García, del blog literario Clar-Let de Chile

“Reconozco un sueño, aún no frustrado. Inmortalizar algunas cosas, las más posibles de la vida. Los escritores usamos las palabras para intentarlo…”

Esta es una frase entre poética y metafórica de Laura García, la autora del blog de literatura Club de Artes y Letras – El Clarlet. Laura es una joven mujer colombiana, que reside en Santiago de Chile, desde donde ya lleva más de un año publicando interesantes reseñas literarias, así como entrevistas elaboradas por ella misma a personajes de la literatura latinoamericana desde agosto del año 2005.

Con apenas 21 años de edad, ya ha logrado soltarle la lengua a escritores y periodistas destacados, como es el caso de su penúltimo post, donde logró entrevistar nada más ni nada menos al célebre periodista colombiano Daniel Samper Pizano. Y casualmente en el último, logró entrevistar al hijo de este último, el periodista Daniel Samper Ospina, director de la revista colombiana SOHO. Es evidente por sus escritos, que conoce e investiga muy bien a sus invitados antes de escribir sobre ellos, o de entrevistarlos. Pero hoy le toca el turno a Laura.

Hola Laura. Primero lo primero: ¿Quién es Laura García, y qué hace por allá tan lejos? ¿Por qué Chile? ¿Desde cuándo?
¿Qué quién soy? Bastante difícil tu pregunta. Tú, que eres filósofo, debes entender perfectamente por qué lo difícil. Pero te diré lo que mejor me define: “pequeño animal literario, que puede convertirse en monstruo. Nunca se sabe”.
Chile, por azar, desde hace tres años. No te cuento más, porque sencillamente no puedo. Son tan tragicómicas las razones por las que vine a dar acá, que no encuentro la forma apropiada para contarlas.

¿Qué quiere decir El Clar-Let?
Es la compresión que hice de CLub de ARtes y LETras. Es como una sigla.


Aunque estoy lejos de ser un experto en el tema, me doy cuenta que tienes cierta predilección por el “aspecto rebelde” en las reseñas de los escritores sobre los que escribes, o a los que entrevistas. ¿Estoy en lo cierto?
Supongo que me dices eso por las biografías, en particular, de Rodrigo Lira y Vicente García-Huidobro. Sí, no niego que me gustan los personajes de “aspecto rebelde”, de “vidas rebeldes”, pero no eso no es significativo a la hora de valorar sus obras y su calidad literaria. Aunque sus vidas puedan resultar muy interesantes, no es por sus biografías que me guío. Quizás la rebeldía de los autores llame un poco más la atención de los lectores en general, incluida yo, pero - parafraseando un poco - en literatura: “es en el papel, que se conoce al caballero”.

En tu primer post de agosto 8 de 2005, en la presentación de tu blog, justificas la existencia del mismo con las siguientes palabras: “Éste club, es solamente un intento de aprovechar los recursos que puede ofrecerme Internet, como fuente inagotable de cosas buenas y malas, para expresar, y sobre todo difundir y acrecentar, en quienes los puedan seguir de cerca, el estudio de las distintas Ciencias Humanísticas, en especial la Literatura y la Filosofía y otras afines.(..)..” ¿Qué sientes que has logrado hasta el momento, qué aspecto no te satisface aún de tu blog?
Lo que he logrado es maravilloso: que autores, intelectuales y periodistas, de la talla de Oscar Hahn, Fernando Iwasaki, Andrés Neuman, Ramón Cote y Daniel Samper Pizano, hayan aceptado que los entreviste ya es un logro para mí y en cierta medida un sueño cumplido. Que otros como Amir Valle y Pablo D´Ors, entre otros, me hayan obsequiado sus trabajos inéditos para el primer aniversario del blog, fue lo máximo. Así que me puedo dar por satisfecha en muchos aspectos. Ahora, no por eso me voy a dormir en los laureles. Tengo mucho sentido de crítica, especialmente conmigo misma, así que día a día busco maneras de atraer más lectores, de interesar, de compartir lo que hago. Quizás, más que una insatisfacción, siento un poco de envidia, envidia de la buena sí, de otros blogger que se han hecho un espacio bien firme en Internet y que capturan el interés de los cibernautas de una manera asombrosa, como Ivan Thays (www.notasmoleskine.blogspot.com), Augusto Góngora (www.gongora5.blogspot.com) o Hector Abad Faciolince (www.soho.com.co). Ah claro! Olvido un detalle. Ellos son quienes son… Eso me falta.

En algún post tuyo te leí la siguiente frase: “Quizás suene algo absurdo, pero existen palabras, y en este caso, versos, que pueden salvar un día, en la vida de una persona...” Me gustaría que me des algún ejemplo, sobre el cómo la literatura ha salvado un día en tu propia vida, y ojalá, quién fue el escritor salvador.
A mi la literatura me viene salvando los días desde que tengo 6 años. Pero no porque en sí la literatura tenga una especie de bomba de tiempo redentora que se detona con un poema o con una narración, sino porque quienes somos apasionados de ella (la literatura) y la estudiamos y la vivimos, nos sentimos “tocados por su gracia”. Es como una religión, pero desprovista de fanatismos, es como un vino delicioso que se puede tomar todo el día y no emborracha, ni deja resaca. Es una fantasía perfecta de esas que no existen, pero que uno bien puede soñar todo el día.

Esa frase que tu mencionas en la pregunta, se la dediqué a Ramón Cote Baraibar, un gran amigo mío, y poeta colombiano, con ocasión de su inédito poema “Granizo y Cerezas”, que me obsequió para el primer aniversario de El ClarLet. Es un poema muy hermoso, como que susurra al oído un secreto y de paso remarca un recuerdo especial, que no se puede borrar y que de tanto en tanto renace. Cuando ese poema llegó a mi correo, me devolvió el aliento durante un día en que me encontraba pésimo. Puedo decir que muchos autores y obras me han salvado muchos días. ¿Quiénes? La lista es de lo más variada: Verne, Dumas, Tolstoi, Dostoievsky, Balzac, Flaubert, Goethe, Proust, Kafka, Clarice Lispector, Neruda, Huidobro, Rodrigo Lira (que no se salvó a él de él mismo), Oscar Hahn, Roberto Bolaño, Alejandra Pizarnik, Cortázar y un extensísimo, es decir, un infinito etcétera. Debo reconocer que hay autores contemporáneos que salvan días también, por ejemplo, ayer me salvó Hector Abad Faciolince, con su Tratado de Culinaria para mujeres tristes, mañana no sé quién será.

Hace algún tiempo leía yo en una entrevista a una escritora y blogger muy popular de Colombia. Le preguntaron hasta qué punto sus historias eran autobiográficas, o si había algo de ficción y exageración con fines literarios, y ella contestó que había un poco de todo, aunque sus cartas abiertas solían ser estrictamente ciertas, porque estaban dirigidas a una persona real. Entre otras relataba que la escritura de ficción no se le daba muy bien, por lo que optaba por la verdad. Leyendo a otros autores bloggers del género femenino, y leyéndote a tí, me doy cuenta que existe una fuerte tendencia hacía la literatura autobiográfica. ¿Crees tú que se trate de una nueva tendencia en la literatura, o que sea un fenómeno relacionado con el hecho de que los blogs de por sí tiendan a ser personales? ¿Es ésta una característica femenina de la literatura?
Primero permíteme una aclaración: los blogs, como el mío, el tuyo, el de Fernando Meza, el de Ivan Thays, por ejemplo, no son autobiográficos; SON TEMATICOS. Y eso los hace doblemente difíciles. Porque no están provistos de ese “morbo” que atrae la atención del otro. Esa mirada que rendijea para encontrar qué intimidades revelas. Entonces tenemos que darnos la tarea de atraer a un nuevo tipo de lector, un “ciberlector”, para que se interese en nuestras publicaciones, sin tener que revelar en ellas lo que hicimos, con quién lo hicimos y cómo lo hicimos. Son blogs que tratan temas en concreto y más que bitácoras de vida, son revistas, sobre literatura, periodismo, crítica literaria, etc.

Por lo que te dije antes, no creo que exista una fuerte tendencia hacia la literatura autobiográfica en los blogs temáticos y menos en los blogs de corte personal, esos que optan por el “descueramiento”. Más bien los autores y editores le colocamos un poco de “nuestra cosecha”. Entintamos el blog con algo de nuestra experiencia personal, y en mi caso, de mi camino a través de la literatura. Esta característica no es absolutamente femenina. Te pongo un ejemplo: Héctor Abad Faciolince, a quien admiro muchísimo, tiene un blog espectacular que se aloja en la versión digital de la revista SoHo. Leerlo, es trasladarse a sus vivencias y experiencias en Berlín como becario del DAAD. Y esto es en parte autobiográfico y le da la característica de personal y no de temática a su bitácora. Pero como Héctor, además, es escritor y de los buenos, sabe poner el límite entre la expresión de la realidad y el “exhibicionismo” en versión digital. Sospecho que él construye su bitácora como si escribiera una extensa novela en fragmentos divididos por fechas. Algo así intento yo, pero en base a la literatura, las artes en general y todo eso aplicando algo de periodismo. No todo el blog es literario, todas las artes son bienvenidas. Aunque, lamentablemente, por lo general los blogs preferidos de los ciber-lectores, se parecen más a los que ejercen algún tipo de exhibicionismo, que a los que ejercemos un oficio.

En otro post tuyo leía yo el siguiente relato de tu autoría: “Cuando estaba en el colegio y los profesores aprovechaban para tratar de sondear nuestra capacidad argumentativa, me enfrentaba a las discusiones políticas, defendiendo lo que en mi casa defendían, porque consideraba que si alguien como mi abuelo pensaba que ciertas ideas eran buenas, y los partidarios de ellas, también lo eran, pues a mí también me parecía eso algo aceptable. Hoy me avergüenzo de haber pensado así. Y fue mi propio abuelo quien contribuyó a modificar mi opinión.” ¿Cuál es tu opinión sobre el gobierno socialista chileno, y el gobierno de la primera mujer en una presidencia tan importante?
Este tema tiene mucha tela de donde cortar. El gobierno “socialista” chileno, tiene de socialista solamente el nombre y si mucho la intención, pero no lo es en la práctica. Chile es un país que ha crecido, en gran medida, bajo los cimientos que sentó política y económicamente el régimen militar de Augusto Pinochet, quien borró con sus pies, lo que Salvador Allende había hecho con las manos durante su gobierno de la UP (Unidad Popular).

Y aunque los gobiernos han sido en los últimos años de corte socialista y más bien tirados para la izquierda democrática, sus accionares, políticas y la estructura en general, revelan una fuerte influencia de derecha, que por lo demás es inevitable después de 17 años de dictadura. Sin embargo eso no está mal. Es un país económicamente estable, gracias a que no presenta conflictos armados como Colombia, ni grandes desastres internos. Camina a pasos agigantados dentro del proceso de “globalización”, tanto así, que de ese proceso se están reflejando algunas consecuencias, como la brecha que divide las clases sociales que cada día se parece más a un abismo, los índices de miseria y pobreza altísimos, la educación básica y media llenas de deficiencias, y la actitud del gobierno más de hablar que de actuar. También económicamente, Chile es un país que tiende al endeudamiento y no al ahorro, ya que el poder adquisitivo es más una especulación que una realidad tangible. Pero no todo es malo. Por algo vivo aquí.

La presidente Bachelet no ha hecho del todo una mala gestión y creo que aún es temprano para evaluarla radicalmente, sin embargo no ha superado las expectativas que sobre ella se centraron en muchos aspectos. Considero que aspectos de fundamental importancia como la bonanza que generó el cobre durante los dos meses aproximadamente no están lo suficientemente claros. ¿Qué pasará con ese dinero? ¿Existen proyectos concretos en carpeta? Allí hay un tema. En todo caso, Chile es parte de Latinoamérica y en este trozo del mundo, todos los países, a su manera y de acuerdo a sus circunstancias, se han especializado, cada vez con más precisión, en perder.

¿Cómo ha cambiado tu opinión política desde que vives en Chile?
En cuanto a mi opinión política desde que vivo en Chile, no es que haya cambiado, más bien ha madurado, tenía que ser así de alguna forma, porque salí a los 18 años de Colombia, para enfrentar una vida de inmigrante, y después de 12 años de estudiar en un colegio ultra católico gobernado por monjas. El pensamiento es alienado cuando te crías en un contexto así y por mucho que leyera, el espectro de ideas era reducido y el pensamiento era fácilmente moldeable por los que te “educan”, en ese sentido salir de Colombia fue importante y no solo la visión política te cambia, sino toda visión en general. Me he vuelto más objetiva y reflexiva a la hora de argumentar sobre política. La distancia ayuda, sin duda.

¿Qué experiencias se podrían importar para Colombia?
De Chile, para Colombia, no exportaría nada. Cada país vive su realidad social, económica e histórica, bajo las circunstancias que corresponden a estos tiempos y copiarnos e incluso inspirarnos entre nosotros, sería guiarnos entre ciegos.

¿Cómo ves al país desde el exterior?
Sigo muy de cerca a Colombia, diariamente leo la prensa y algunas revistas y trato de estar lo mejor informada posible. Puedo decir que Colombia es un país que se desangra entre varias heridas, pero eso no es nada nuevo. Desde afuera Colombia me parece un extraño territorio en abierta guerra, que no se supera, aunque lucha, que no dice sus verdades y por eso está ahogado, ahogado en las guerrillas, en los paramilitares, en la politiquería, y en el bla bla bla, ya que una de las cosas que más hunde a Colombia es la polarización, la falta de términos medios, y el tránsito a caballo entre la indiferencia generalizada y el radicalismo sin fundamentos. Pareciera que la gente se vacunó contra el dolor y la pena de la muerte y la guerra y las voces que proponen y debaten realmente, son pocas.

Me gustaría tener visiones más optimistas, pero creo que la realidad es otra y hay que decirla tan cruelmente como suena. Vargas Llosa lo dijo mejor que cualquiera con respecto al Perú. Yo lo voy a parafrasear (disculpa, nuevamente) “¿En qué momento se jodió Colombia?”. La diferencia es que la respuesta está ahí, sin mucho buscarla: ha estado jodida siempre, desde que yo tengo uso de razón, desde que mi madre tiene uso de razón y desde que mis abuelos tenían uso de razón. Ahora, no soy del todo pesimista, es cuestión de tener la suficiente paciencia, y confiar en que deben pasar todos los siglos que sean necesarios, y con ellos, todos los cambios y transformaciones necesarias, para que la situación sea otra y si algo estamos haciendo para que eso suceda, pues nuestros descendientes más remotos nos lo agradecerán con certeza.

Cambiando de tema, cuéntanos un poco más de tí. ¿Qué haces por allá en tu tiempo libre?
El tiempo libre que me queda es poquísimo y lo utilizo exclusivamente para escribir y leer, y por supuesto mantener el blog, pero sobre todo escribir. Algunas veces voy al teatro y al cine, también.

Cuéntanos algo sobre tus gustos literarios y de cine.
Mis gustos literarios son inclasificables. Hay libros que me han marcado, como los de Kafka y Dostoievsky, o los de Tolstoi y los de Flaubert y Balzac. También reconozco mi afición, casi fanatismo, por la obra de Cortázar y Borges. Los chilenos, de un tiempo para acá, me tienen impresionada, Bolaño me hace delirar. Pero no todo es ficción y narrativa o poesía. También leo en otros géneros literarios como el ensayo, el ensayo histórico y el periodismo literario. Eso sí, una de mis mayores aficiones, casi compulsiva, son las revistas culturales y literarias. Semanalmente compro los números atrasados de la Revista Ñ del diario Clarín de la Argentina, que llegan a algunos quioscos de Santiago, por menos de un dólar. Devoro los cuerpos de Cultura que tienen los diarios Chilenos El Mercurio y La Tercera, religiosamente, todos los domingos. Son como mi propia misa dominical. Y colecciono, desde hace tres años que llegué a vivir acá, el Artes y Letras de El Mercurio y la Revista de Libros, del mismo diario.

Pero es más fácil decirte lo que no me gusta: Ni Coelho, ni Dan Brown, ni JK Rowling. Ni las claves con código, ni los niños magos que están escritos bajo la mediocre técnica de los efectos especiales, ni las sopas de pollo para el alma, ni la autoayuda supérate a ti mismo. Eso es facilismo mental, disfrazado de literatura y no lo soporto. También me son, lamentablemente, más fáciles de clasificar, las grandes decepciones literarias, como Carlos Fuentes (Inquieta compañía) o Gabo (Memoria de mis putas tristes).

¿Qué cosas te hacen falta de Colombia?
Diego Candela. Mi profesor de Ciencias Sociales del colegio al que echo de menos montones. Si lo veo de nuevo, algún día, lo voy a matar de abrazos. A Álvaro Castillo Granada, el librero mayor. A mi abuela, y a mi abuelo que falleció hace un año. También están otras cosas como la comida. A veces sueño que estoy desayunando unos buñuelos exquisitos o que me estoy comiendo un mango bien biche con sal y limón… pero me despierto comiendo empanadas de horno, chirimoyas con naranja, y tomando este café instantáneo que me va a destruir el hígado y que es lo único que saben desayunar estos chilenos “globalizados”.

¿Qué te gustaría comentarnos, que no te haya preguntado?
Creo que ya me has preguntado de todo. Has tirado mi lengua cuanto has podido. Pero si tienes otras preguntas, pues bienvenidas.

Gracias Laura.

2 comentarios:

Laura García dijo...

Un honor ser tu entrevistada Thilo, qué más puedo decir. Muchas Gracias. Y disculpa los retrasos y correos no respondidos (el último por ejemplo), pero el trabajo me impidió ser más puntual.
No merezco tanto, quedo muy agradecida.

Laura.

EDITOR GENERAL (THL) dijo...

¡Hola Laura!
Bueno, si este humilde blog ha servido para que el "pequeño animal literario se convierta en un monstruo..", pues ¡enhorabuena!
Me alegro que te hayas sentido cómoda en esta entrevista de un amateur. Un abrazo, THILO.