Toda Colombia salió a protestar, así fuera desde las puertas o balcones de sus hogares, o bajándose de sus vehículos en medio de la calle para pitar, hacer bulla y agitar sus pañuelos blancos en señal de protesta y rechazo contra estos delitos de lesa humanidad. Quizás los terroristas de turno hagan oídos sordos al clamor nacional, como es la costumbre de la guerrilla. Pero al menos las familias de las víctimas se sintieron acompañadas en su dolor el día de hoy. Son más de 3000 secuestrados, aproximadamente. Algunos llevan 10 años o más privados de su libertad, como el hijo del profesor Moncayo. Otros nacieron secuestrados, como el pequeño Emanuel, el hijo de Clara Rojas. El clamor es por la dignidad de quienes ya no están con nosotros, y de quienes aún viven privados de su libertad, del afecto de sus familias, y sobretodo de su humanidad. Por eso esta protesta en particular le elevó la moral al país.
jueves, julio 05, 2007
Colombia clama al unísono: ¡No más!
Toda Colombia salió a protestar, así fuera desde las puertas o balcones de sus hogares, o bajándose de sus vehículos en medio de la calle para pitar, hacer bulla y agitar sus pañuelos blancos en señal de protesta y rechazo contra estos delitos de lesa humanidad. Quizás los terroristas de turno hagan oídos sordos al clamor nacional, como es la costumbre de la guerrilla. Pero al menos las familias de las víctimas se sintieron acompañadas en su dolor el día de hoy. Son más de 3000 secuestrados, aproximadamente. Algunos llevan 10 años o más privados de su libertad, como el hijo del profesor Moncayo. Otros nacieron secuestrados, como el pequeño Emanuel, el hijo de Clara Rojas. El clamor es por la dignidad de quienes ya no están con nosotros, y de quienes aún viven privados de su libertad, del afecto de sus familias, y sobretodo de su humanidad. Por eso esta protesta en particular le elevó la moral al país.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)